Sindicales

8/8/2002|766

Las Asambleas y los médicos combativos impusieron la reapertura de las camas

El derrumbe hospitalario en la Ciudad de Buenos Aires acaba de tener otra expresión en la crisis del Zubizarreta. Hace dos semanas atrás, la dirección del hospital convocó a reunión de Consejo Técnico Administrativo (Cata), organismo donde participa la jerarquía del hospital junto a jefes de servicios y departamentos. Ante la falta de recursos presupuestarias, el “Cata” resolvió, en votación dividida, cerrar 29 camas de internación – el 20% de la capacidad instalada – y suspender las cirugías programadas. Trabajadores y profesionales del hospital, reunidos en asamblea, repudiaron esta decisión, que implicaba ajustar al Zubizarreta a los recortes de Ibarra en vez de ponerlo en pie de lucha. Precisamente, la asamblea emplazó a la Secretaría de Salud a que se liberen las partidas e insumos necesarios para garantizar el funcionamiento a pleno, declarando el estado de movilización y un acto en las puertas del hospital para el martes 30 de julio, fecha en que vencía el emplazamiento al Gobierno. Las asambleas barriales apoyaron activamente esta resolución, al igual que la Intersalud. Pero en el ínterin, el gobierno echó lastre: aparecieron los recursos presupuestarios y se reabrireron las camas.


En el acto convocado para el 30, estuvieron presentes 120 compañeros, entre profesionales, delegados de ATE y Ctera, asambleas populares, la Intersalud, y delegados de numerosos hospitales: entre ellos, el Durand, el Alvarez, el Gutiérrez, Borda y Piñero. También estuvo presente el Polo Obrero y los bloques legislativos de Altamira y Latendorf. Al iniciarse el acto, el Dr. Fendrik, responsable de la resolución que cerró las camas, pretendió “saludar” al gobierno por su reapertura. Fue completamente abucheado. luego, se pretendió que hiciera uso de la palabra, en nombre de la “comunidad”, otro personaje colaboracionista que presentó como “una virtud” el “no pertenecer a ninguna asamblea barrial”. Recibió el más intenso repudio por parte de los vecinos de Villa Devoto, organizados en asambleas y de los restantes asistentes, que comenzaron a cantar: “que se vayan todos…”. Los “organizadores” oficiales dieron por terminado el acto. Pero a partir de entonces, los verdaderos representantes de “la comunidad” se hicieron cargo de la tribuna. Allí comenzó el acto verdadero en defensa del Hospital. Hablaron la Intersalud, el Polo Obrero y la Lista Alternativa de Médicos Municipales. La improvisada asamblea, en las puertas del hospital, aplaudió las propuestas de apoyar activamente el acampe piquetero del 7 de agosto, y concurrir a la movilización prevista para el 28 en defensa de la salud pública. El acto terminó con un corte de calle, bajo la consigna: “que se vayan todos”.