El pasado jueves 20 de abril, Avellaneda fue escenario de un nuevo acto de apoyo de un sector de las burocracias sindicales a la campaña electoral (y rosqueo) del oficialismo provincial y municipal (Frente de Todos-PJ).

En esta ocasión, el suceso tuvo como excusa la reinauguración de un local de formación de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (Uocra) de Lanús-Avellaneda. Junto al gobernador, Axel Kicillof, y el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, estuvieron presentes el secretario general Gerardo Martínez y el titular de la seccional Avellaneda, Héctor Villalba.

“Compartieron el escenario también, entre otros dirigentes, el ministro de Trabajo de la provincia, Walter Correa, el secretario general de Suteba, Roberto Baradel, el subsecretario de Obras Públicas de la nación, Edgardo De Petri, el presidente del Concejo Delibertante, Hugo Barrueco, y el subsecretario de asuntos políticos en el Ministerio de Gobierno, Pablo Vera” (El Termómetro Web, 21/04). De este modo, la unión de la burocracias sindicales y del Estado, saliendo a las calles en campaña por los ajustadores.

En su alocución, el gobernador de la provincia afirmó que la Uocra “es un gremio que piensa en el bienestar de sus afilados, que lucha por las condiciones de trabajo y salarios, y también por su futuro”. Si nos detenemos a ver qué sucede en las obras no se ve nada de lo expuesto por Kicillof. Para no irnos tan lejos detengámonos en la ciudad donde se efectuó dicho acto.

Avellaneda es sinónimo de precarización laboral y salarial, donde la dirección de la Uocra cumple un papel principal. Dentro del polo petroquímico más grande del país, ubicado en Dock Sud, Rizen-Shell es de las plantas con mayor tamaño y producción. La patronal ha dejado de tomar trabajadores y trabajadoras en el convenio petrolero. A cambio, son obreros y obreras de la construcción quienes desarrollan las tareas de producción y mantenimiento. Sucede que la diferencia en las condiciones laborarles y salariales son astronómicas. Comenzando por la carga horaria, remuneración y condiciones de labor. Como contrapartida, el Ejecutivo nacional, provincial y municipal obsequia indultos impositivos a cambio de “futuras inversiones en el país” que nunca llegan.

Pero la precarización laboral y salarial no acaba a nivel privado. La gestión Ferraresi lleva más de diez años explotando el gran negocio de la obra pública. La mano de obra utilizada para esos arreglos de edificios públicos, plazas y calles proviene de las cooperativas de trabajo. Son trabajadores fuera de convenio municipal, sin ART, aportes jubilatorios, ni vacaciones, ni aguinaldo, efectuando sus labores a cambio de $34.750 del Potenciar Trabajo. Menos de la mitad del salario mínimo, vital y móvil, hoy ubicado en $80.342. Haciendo la debida aclaración de que un trabajador municipal cobra un básico por debajo de los $40 mil. Algunos son obligados a trabajar bajo modalidades erradicadas, desde hace décadas, como la labor a destajo, que ejercen sobre los podadores. El gobierno de Jorge Ferraresi en Avellaneda demuestra cómo el Estado es el primer precarizador.

La presencia de Baradel en el escenario, el pasado jueves, no es novedad. Figurita repetida en las acciones “contra el avance de la derecha”, dando el apoyo a los ajustadores de la educación pública. Recortes que se observan en la ausencia de infraestructura (vidrios rotos, falta de estufas en el inicio de épocas invernales). Recordemos que el Ejecutivo municipal hizo aprobar, a fines del pasado año, un presupuesto 2023 que destina menos del 9% en educación.

El apoyo de las burocracias a la precarización y el ajuste no solo se produce en el oficialismo. Cerrando la grieta, Juntos por el Cambio no ha efectuado ningún tipo de denuncia o reclamo en el Concejo Deliberante ante todo lo anteriormente informado, jugando un papel de apoyo tácito. Tan solo tomando la palabra por cuestiones de forma y/o redacción de leyes pero sin cuestionar su contenido.

Por otro lado, no olvidemos que Orlando Machado, secretario general del Sindicato de Comercio de Avellaneda y Lanús (Secla) se postula como precandidato a concejal en la lista de la exministra de Educación de De La Rúa y de Seguridad de Macri, Patricia Bullrich. Machado no ha movido un dedo ante la superexplotación en los supermercados e hipermercados. Sumado a cerrar acuerdos paritarios por debajo a los porcentajes inflacionarios.

De este modo las burocracias sindicales, no solo apoyan, sino también buscan su lugar en las futuras listas hacia octubre. A la par, vienen jugando desde hace tiempo un papel de contención para dar vía libre al ajuste.

Es necesario y urgente recuperar los sindicatos por y para los trabajadores y trabajadoras. Ganar las calles contra el hambre, la miseria y el ajuste y la precarización de los gobiernos y el FMI. La inflación, la devaluación y el congelamiento salarial no se bancan más. Para terminar con esta barbarie es hora de barrer con los políticos capitalistas y dar paso a una salida de la izquierda y los trabajadores.

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