Sindicales

26/6/2003|806

Las claves de una victoria obrera ejemplar

Desde el 23 de mayo hasta el sábado 13 de junio, se llevó a cabo una lucha ejemplar, que quedará en la historia de esta ciudad y en la memoria de los trabajadores.


Comenzó cuando la empresa pesquera Barillari y las cooperativas “truchas” que de ella dependen se atrasó como siempre en el pago de una quincena. Por la mañana los obreros pararon la planta, y a la tarde apareció la plata.


Sin embargo, al otro día la patronal hizo despedir a los 5 “voceros” de la protesta; esto hizo que los obreros (fileteros, peones y envasadoras) pararan nuevamente para reincorporar a los despedidos. Como consecuencia, la patronal endureció su postura y echó a otra compañera. El paro siguió, se montó una carpa frente a la planta y se hizo una movilización a la Municipalidad. Luego vinieron negociaciones y aprietes, chicanas de la empresa, y el conflicto empezó a tener mayor trascendencia y la solidaridad de distintos sectores.


En la Subsecretaría de Trabajo local, primero casi no los atienden. Después, una movilización de cerca de 200 compañeros obligó a que tomaran la denuncia por fraude laboral, aunque anunciaron públicamente que se desentendían del conflicto y giraban todo al Inacym (Instituto Nacional de Cooperativas y Mutuales) porque no era un problema “laboral”.


La polémica en los medios sobre el rol de las “cooperativas” y el “fraude laboral”, puso al desnudo el rol del gobierno municipal y provincial de alentar y encubrir el trabajo en negro, flexibilizado, que permite evadir aportes previsionales. Kirchner ha impuesto “cooperativas de trabajo” en distintos estamentos (limpieza de escuelas, hospitales, servicios públicos, construcción de obra pública, etc.). El miércoles 11 de junio, con volanteada y pegatina previa de afiches, una espectacular movilización en el medio de una copiosa nevada, cumpliendo con la Jornada Nacional de Lucha por Salarios Dignos y Trabajo Genuino, llevó un petitorio a la Municipalidad y al Juzgado Laboral para que tomara también la denuncia por fraude laboral.


Esa noche se hizo la primera gran Asamblea en un local cerrado; se rechazó el ofrecimiento del Municipio de formar otra cooperativa, o una SRL; se insistió en la reincorporación de los despedidos, que no haya represalias de ningún tipo y que se paguen los días no trabajados, preparando la conciencia y la organización para la lucha por erradicar el trabajo en negro.


Durante el jueves se suscitan versiones pero nada se concreta; “la jefa de personal de todas las plantas de Barillari enfrenta cara a cara a los manifestantes, se mostró inflexible e intransigente y agregó que los despidos no eran responsabilidad de Barillari” (El Patagónico, 14/6, pág. 14). Una nueva asamblea por la noche decide endurecer la medida y monta un piquete en cada entrada a la fábrica, evitando que entraran y salieran camiones.


Entrada la tarde del viernes, el conflicto seguía y el intendente denuncia que se retira como “mediador”, acusando a dos militantes del Fut-PO, Omar Latini y Leandro Rodríguez, de entorpecer las negociaciones “influenciando a los obreros en las asambleas y en los piquetes”  (El Patagónico, 14/6, pág. 15).


Estos compañeros, que en todo momento estuvieron vinculados al movimiento obrero, ironizaron: “Menos mal que el intendente dejó de ser mediador porque, caso contrario, el conflicto iba a persistir” (El Patagónico, 15/6, pág. 15). Fileteros y envasadores bloquearon con cubiertas encendidas todos los accesos a la planta de la empresa Barillari en Caleta Olivia; los manifestantes también bloquearon con fuego el portón posterior de la planta, impidiendo incluso que actuara una unidad de bomberos de la policía (El Patagónico, 14/6).


La Justicia hace lugar a un recurso de amparo de la empresa, donde solicitan que los manifestantes quemen cubiertas a más de 200 metros de la planta. Los obreros rechazan la intimación y siguen adelante con la protesta.


Ese día los trabajadores habían constatado que en la Dirección de Cooperativas figuraban como socios; sin embargo, tienen Cuil (clave única identificación laboral), es decir que estarían bajo relación de dependencia.


Entrada la noche se hace saber la posibilidad de que si el conflicto no se resolvía durante el fin de semana, la Agrupación de Marineros Santacruceños (sindicato local en formación) pararía toda la flota del puerto de Caleta Olivia.


La firmeza de los compañeros y la solidaridad recibida de muchos lugares llevó a la empresa a acercar el primer acuerdo a las 21:15 hs, donde sólo planteaban la reincorporación de los despedidos. Fue rechazado dos veces hasta que a las 1:30 hs, entrado el sábado 15/6, se cerró el acuerdo, con la reincorporación de los seis despedidos, ninguna represalia, respeto y buenos tratos dentro de la planta, y el pago de 250 pesos a cada uno de los casi 400 operarios por los días no trabajados, por el conflicto del cual se responsabilizó a la empresa, la cual tuvo que cambiar el criterio inflexible del día anterior.


No obstante, los trabajadores se tomaron un tiempo, para firmarlo el sábado a las 10:15 de la mañana, en la calle plagada de restos de neumáticos quemados que se mezclaban con el barro; y con la presencia de todos los compañeros, un escribano, el asesor legal de los trabajadores, representantes de la empresa, de las “cooperativas” y de los medios de prensa locales.


“La promesa verbal de reincorporar a los despedidos formulada por uno de los directivos de la cooperativa Delfín Azul, no conformó a los manifestantes. La querían por escrito y firmada” (El Patagónico, 15/6).


Al grito de “Pesqueros unidos… jamás serán vencidos” se retiraron del lugar para reunirse en Asamblea, hacer una conferencia de prensa, votar un fondo de huelga para las próximas luchas, elegir delegados por sector y prepararse para la gran tarea de conformar el Sindicato (en formación) y terminar con el trabajo en negro.


En la conferencia de prensa se agradeció la solidaridad de vecinos y comerciantes locales, el cura párroco, la Atip, Adosac, Cta, Murga Franca, Coordinadora de Desocupados de Comodoro Rivadavia, Sindicato de Marineros, de Estibadores, de delegados y militantes de sindicatos de todo el país, entre otros Suteba Matanza, Ate Capital y Provincia, Neuquén, Mendoza, el Soip de Mar del Plata, el Polo Obrero nacional  y el Bloque Piquetero, el asesor legal que actuó “ad-honorem”, trabajadores de la empresa Conarpesa, de la harinera “Confluencia” y al Fut-Partido Obrero por la conciencia aportada a la lucha.


Un primer análisis de esta lucha revela el estado de ánimo de las masas oprimidas. Un simple problema de atraso salarial, terminó enfrentando a los trabajadores con las “instituciones” del Estado burgués, debido a que son muchos años de explotación, humillación, miseria y una creciente discriminación en este sector mayoritariamente de trabajadores extranjeros, especialmente bolivianos, que se han radicado definitivamente en este suelo (y  a los cuales el sistema no les deja otra alternativa que enfrentarlo, pues llegados a estas tierras del confín del continente, ya no tienen lugar a donde dispararle al hambre. Todo ello explica primariamente la virulencia que alcanzó el conflicto).


“Es una empresa muy jodida; por lo tanto, muy dura para dar vuelta atrás en los despidos”, decían “veteranos” trabajadores.


Esta vez, ganamos la pulseada.