Sindicales
8/7/2004|858
Las obreras del pescado ajustan cuentas con la burocracia del Soip
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La planta El Marisco 1 está integrada mayoritariamente por mujeres.
El viernes, indignadas por el acta-acuerdo firmada por Salas, los Verón y la patronal, las obreras convocaron a María Inés, dirigente del Polo Obrero en el pescado (y hasta hace poco de la comisión asesora del Soip).
Ante la negativa de la empresa a permitir el acceso a nuestra compañera, las obreras van al paro. Pasadas las dos horas y estando trabada la situación, es requerida la presencia de Salas.
El mismo se hizo presente junto a Mamerto Verón, quien fue expulsado de la planta a patadas en el culo por las obreras.
Con semejante escenario, Salas intentó justificar la firma del “aumento salarial”.
“Vos entregaste el Convenio”, la increpó una obrera. “No, no, esas son mentiras que anda repartiendo el Polo Obrero, eso es política”, intentó justificarse.
Pero lo silenciaron a los gritos: “Callate, traidor, ya te olvidaste que vos estás en el Soip gracias al Polo”; “cuando precisabas al Polo lo llamabas para que te defienda, ahora estás con los patrones, vendido”; “qué tiene que ver el Polo con el acta, nos vendiste, h… de p…”.
De los insultos a las manos hubo un paso. Las trabajadoras querían cobrarse la entrega.
A sopapo limpio fue dejado “en cueros”, antes de ser rescatado por el personal de seguridad y encerrado en una oficina… de la patronal, de donde salió custodiado por la policía, que le brindó protección hasta la salida.
No conformes, los trabajadores de la cooperativa que funciona en la empresa abandonaron las tareas y se movilizaron al Soip para exigirle que “derogara el acta o que renunciara”, quedando en continuar la movilización el día lunes.
Lo hecho por las obreras de El Marisco es la punta del témpano de lo que se viene en el gremio del pescado en Mar del Plata. Mucho más cuando las obreras y obreros se enteren este lunes que Salas, traicionando el acuerdo con el Cuerpo de Delegados, anduvo “visitando” algunas plantas para decirles a los trabajadores que “iban a perderse un jugoso aumento” por culpa del rechazo de los delegados.
Evidentemente, “hay mucho de por medio” para que estos traidores actúen tan desesperadamente.
Pero tienen los días contados. Eso no hay guita que lo arregle.