Sindicales
1/4/2020
Las patronales de colectivos contra la salud pública y los trabajadores
La CNRT, y los Ministerios de Trabajo y Transporte, en cuarentena.
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Los choferes de diferentes líneas siguen denunciando los abusos patronales, la falta de medidas y de elementos de higiene, amenazas de sanciones por reclamos de tales medidas, e incluso despidos. La desinfección de las unidades corre por cuenta de los mismos choferes en muchas líneas, sin ningún tipo de especialización para esta tarea, que no se trata de una limpieza superficial, además de hacerlo con elementos inadecuados.
Los choferes de la línea 164 de la poderosa Dota y de las líneas de la empresa San Vicente (51, 79, 177), también de Dota, son de los más afectados por la irresponsabilidad patronal. La Dota mantiene la terminal ubicada en la rotonda del Vapor (Burzaco) en condiciones deplorables, con baños sucios, que apenas limpian una vez al día. Ni siquiera tienen alcohol en gel y jabón, ni en la terminal ni en los otros puntos donde los choferes toman servicio.
Así lo refleja el delegado Leandro Fernández, referente de la lucha de los choferes de Expreso Lomas y hoy trabajador de la línea 119 (ex 112), afirmando que “En la línea 119 se está cumpliendo con todo el protocolo, lo que en la línea 164 Tomás Guido no, [la empresa] no les está dando alcohol en gel a los compañeros, no tienen la higiene como corresponde”. Y resalta que “hemos pedido la inspección de la CNRT, todavía no ha venido la CNRT a la línea 164, ya hemos denunciado que no cumplen con el protocolo. Todo lo que venimos denunciando lo estamos sumando al Ministerio de Trabajo, lamentablemente, estos cerraron todo. El Ministerio de Trabajo está cerrado, el Ministerio de Transporte tampoco está atendiendo, aunque sea para dejar escritos, no está dando reuniones.”
La situación es aún más grave en la 164 donde la patronal busca imponer un disciplinamiento a los choferes, quienes enfrentaron durante meses el vaciamiento de la anterior empresa Expreso Lomas, durante el 2019. La recién llegada Dota debe salarios. En la 164, por ejemplo, no pagó el feriado del 31 de diciembre y el 1 de enero a algunos de los choferes, no reconoce licencias médicas, y mantiene aprietes y persecución sindical sobre activistas. Es una orientación patronal para desarticular la organización de base de esta línea. Las denuncias al Ministerio de Trabajo y a la CNRT no han dado aún ninguna solución, mientras la UTA sólo se encarga de “gestionar” las denuncias administrativas.
Las facciones de la UTA, por su parte, no han tenido diferencias a la hora de borrarse y dejar a los choferes a su suerte. En las líneas que se toman las medidas de higiene fue gracias al reclamo y la organización de los choferes; en la 540 y 553, con terminal en Puente La Noria, los choferes, luego de realizar una asamblea y amenazar con tomar medidas, lograron que se cancele la puerta delantera, se aísle con un plástico la cabina del chofer, y se provea de insumos de higiene, además de lograr una fuerte reducción del servicio dejando la frecuencia elemental. De igual modo en la línea 60, que además frenaron las amenazas de sanciones por parte de la patronal.
Estas medidas directas de los trabajadores forzó a que el gobierno saque una resolución para que se anulen las puertas delanteras y los primeros asientos de los coches, y se instale una aislación física de los choferes, y otras medidas de higiene, que ni la CNRT ni ningún organismo estatal se encargan de hacer cumplir.
La UTA lavó sus responsabilidad enviando una nota al Ministerio de Transporte y a la CNRT, varios días después de comenzar la cuarentena, “reclamando” medidas de higiene, pero no tomó ninguna medida para garantizar que esto se cumpla, dejando “zona liberada” para que las patronales incumplan con los protocolos sanitarios.
La Fatap (federación que nuclea a las patronales del interior del país) está amenazando con un lock out si no recibe enormes subsidios y beneficios del Estado; por su parte los choferes de diferentes líneas expresan incertidumbre frente al próximo cobro de salarios.
Hagamos una fuerte campaña pública con estas denuncias de los choferes que sufren estos atropellos empresariales, y que son un peligro a la salud pública, siendo que esto solo interesa a todos los trabajadores que sufren las consecuencias en primer lugar, no así a los funcionarios del Ministerio de Transporte y de la CNRT. Es necesario impulsar asambleas y medidas de lucha donde las empresas amenacen con descontar salarios, y donde sigan desconociendo los protocolos sanitarios, así como comisiones obreras que supervisen la implementación de todas las medidas.