El intenso tránsito de camiones y equipos pesados que se produce por las escasas o únicas rutas que conducen a los yacimientos de Vaca Muerta ha deteriorado la carpeta asfáltica de las mismas, produciendo profundos huellones en el pavimento y baches en todo sus trayectos. Es un aspecto más de la huelga de inversiones. Esto provocó, en un lapso de 48 horas, dos accidentes. Uno de ellos terminó con la muerte de un camionero, que trabajaba para una empresa petrolera. En el otro, un camión chocó contra un transporte de personal en el que viajaban más de veinte obreros, y si bien solo hubo heridos, se estuvo a un peso de una tragedia mayor. Esto desató protestas, protagonizadas por trabajadores petroleros.

El secretario general del sindicato petrolero, Marcelo Rucci, como cada vez que ocurren estos crímenes laborales, hizo duras declaraciones (las cuales en general no pasan de allí): “Los dirigentes nacionales y provinciales se llenan la boca con los presuntos millones que generará Vaca Muerta, y con otros tantos en inversiones, pero sin embargo se olvidan de sus responsabilidades y rifan la vida de quienes deben transitar esos caminos destrozados y abandonados”.

Pero esta vez, las bases presionaron para pasar a la acción y este jueves por la madrugada cortaron masivamente las rutas que confluyen en Vaca Muerta. Se trata de las rutas provinciales 7, 8, 17 y 51, y de la autovía norte, que atraviesa el Parque Industrial de Neuquén. También se cortaron los accesos a varios yacimientos, entre ellos el emblemático Fortín de Piedra de Tecpetrol.

Los obreros reclaman el mejoramiento del estado de esas rutas, por las cuales transitan cada día para ir a los yacimientos y luego regresar. Allí hay un intenso tránsito de camiones y equipos petroleros de gran porte. Los cortes se centran en no dejar pasar vehículos relacionados con la actividad petrolera. Los trabajadores solo permiten el paso de vehículos particulares, ya que los vecinos de Añelo y otras localidades de la zona también son víctimas del estado desastroso de las rutas.

El gobierno provincial, en su reciente campaña electoral, anunció el cobro de un peaje a las empresas por la utilización de las rutas, con el supuesto objetivo de destinarlo a su reparación. Pero las petroleras se negaron rotundamente a soltar unas “chirolas” de lo que saquean en la región, y el gobierno archivó su propuesta. Esta desinversión y el desinterés en la vida de los obreros petroleros muestran la verdadera cara de un proceso de robo de los recursos en favor de un puñado de empresas.

Todo esto hace hasta vital la nacionalización de toda la industria energética bajo control obrero, para así poder redireccionar los recursos hacia un plan que armonice la extracción con la vida de quienes laburan y el medio ambiente. Un gobierno de trabajadoras y trabajadores privilegiaría paulatinamente el desarrollo de energías menos contaminantes.

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