Sindicales
28/1/2015|1348
Lear se niega a reincorporar a los trabajadores
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A pesar de que la empresa comunicó a los 16 trabajadores despedidos que debían presentarse a sus puestos de trabajo, continúa sin dejarlos reingresar a la planta. Con distintas maniobras, ha venido dilatando el retorno de los despedidos, contando para ello con la anuencia del Ministerio de Trabajo que nunca dictó una conciliación obligatoria en un conflicto que lleva varios meses, actuando para desangrar la resistencia dentro de la planta y aislar a los despedidos de los trabajadores.
El resto del trabajo sucio -que ya ha dejado a más de 240 compañeros fuera de la planta, entre retiros voluntarios y despidos encubiertos- lo ha realizado la burocracia del Smata, que descabezó ilegalmente a la comisión interna de la fábrica y sembró el terror entre los trabajadores que producen “normalmente” en una fábrica militarizada, externa e internamente.
La patronal de Lear, en esta fase, apeló a sus influencias en el Poder Judicial: el fallo contra el incumplimiento de la medida cautelar dictada el 22 de diciembre tenía la “fruta envenenada” de que ordenaba la reinstalación de los despedidos porque no se había substanciado el llamado Recurso Preventivo de Crisis. Esto le permitió a la empresa estirar las reincorporaciones con “vacaciones”, a la espera de que el ministerio habilite el “recurso”, lo que finalmente ocurrió.
El “recurso” aprobado es trucho, pero obedece a una razón de orden político que es el chantaje de la empresa amenazando al gobierno nacional con su cierre definitivo. Durante estos meses, los cables que fabrica Lear han llegado sin problemas a las terminales automotrices (Ford) con 240 trabajadores menos produciendo: lo que indica que la patronal encontró otras vías de ingreso de los cables a las terminales a través de otras plantas en el extranjero, algo denunciado por los trabajadores y nunca escuchado por las autoridades nacionales.
La aprobación del recurso de crisis viene a consolidar la política patronal porque le da un argumento para negar el reingreso de 16 trabajadores y, a la vez, habilita el desconocimiento de conquistas obtenidas por la interna anterior, a través de nuevas suspensiones, nuevos despidos y rebajas sustanciales en las indemnizaciones. Los trabajadores efectivos de Lear deberán enfrentar este recurso sin delegados electos y con una burocracia dispuesta a entregar todas las conquistas que sean necesarias para que la patronal no cierre.
La dirección política de estos 16 compañeros despedidos, lejos de alertar sobre esta cautelar tramposa se dedicó a resaltarla como “un triunfo histórico”, sin ver la deserción de más de la mitad de los luchadores despedidos por el profundo aislamiento de “los de afuera” respecto al interior de la planta.
Los conflictos gremiales, cuanto más difíciles, más requieren de una participación masiva de las organizaciones que defienden a los trabajadores. En Lear, es necesaria una profunda acción sindical de frente único y una acción política de las organizaciones de izquierda para colocar este problema no como una reyerta de las distintas líneas de las direcciones de izquierda, sino como la oportunidad de una gran acción nacional común.
Defendamos todas las acciones de frente único para lograr el reingreso de los despedidos y el comienzo de la reorganización interna de la planta.