Sindicales

14/10/1999|646

“Lo que viene es muy jodido” (Hugo Moyano)

El 7 de octubre, en el salón de actos de la UTA, se llevó a cabo el autodenominado ‘Congreso de la unidad del Movimiento Obrero’. Con la presencia de 97 organizaciones gremiales, concluyó en un fiasco total.


Abrió el acto Palacios, de UTA, mencionando el momento electoral, donde “nuevamente comenzamos la búsqueda de la unidad”, dijo, y se refirió a la actitud que adoptará frente al futuro gobierno: “no le vamos a permitir más ajuste al gobierno que sea”.


Luego le tocó el turno a Rubén Pereyra, que señaló el carácter provisorio de la mesa, cuya tarea es la de “resguardar a millones de trabajadores” ya que “nos excluyen de la mesa política”.


El ‘Barba’ Gutiérrez, por su lado, y seguramente con el visto bueno de Lorenzo Miguel, dijo que “no estamos contra nadie” y que”buscaremos corregir errores del pasado”. ¿Cuáles? Las privatizaciones; la apertura de la economía; las desregulaciones; y la flexibilidad laboral. No dejó de hacer hincapié en que “todos hemos cometido errores”.


Luego Palacios ‘abrió’ el diálogo hacia los representantes de organizaciones menores.


El representante de Artistas de Variedades recalcó que “el pueblo tiene hambre” y que es necesario renovar a los dirigentes.


El representante del Sindicato de Trabajadores de la Fruta de Cuyo habló sobre “la desintegración del movimiento obrero” y sobre algo que hizo que los burócratas se miraran entre sí: “no hay manera de hacer votar al obrero por los candidatos de la CGT (peronismo)”. El secretario adjunto de la UOM San Martín convocó a la “unidad para la acción” y sostuvo que “queremos que nos rindan cuentas”.


El representante de Foecyt sólo hizo mención a la autoconvocatoria y a la deliberación para que “desde acá se ponga en marcha la CGT”.”No nos dejemos seducir por un cargo político y luego ser comparsa”, advirtió.


El representante del Sindicato de la Carne trazó el panorama de su sindicato y de su obra social, en total quiebra, y responsabilizó a su secretario general.


El representante de la regional Lomas de Zamora de la CGT, refiriéndose a los miembros convocantes, dijo que “varios compañeros se han equivocado”, llamó a “dejar de lado el pasado para poder avanzar”.


Haciendo hincapié en la “identidad política de los trabajadores”, Palacios se encargó de cerrar toda duda: “justicialista y peronista”.


Benegas (desconozco a qué organización pertenece) se explayó sobre “la necesidad de disciplinar a los que saquen los pies del plato”; “los sancionaremos”, amenazó. “La CGT —dijo— debe estar al servicio de Duhalde después del 24 de octubre”. El broche de oro fue cuando dijo que “tenemos que trabajar para que sea un gobierno peronista”.


Hugo Moyano cerró el ‘Congreso’ diciendo que “aquí no queremos la cabeza de nadie”. Dijo que “ésta es una situación límite, terminal, del movimiento obrero” y anticipó que “lo que se viene es muy jodido”. Lectura del documento y cierre del acto.


Conclusiones


Al lector, todo esto le puede resultar tedioso y pesado. Pero fue significativo ver el fiasco, el desengaño y hasta la depresión causada por estos discursos entre los 1.000 ó 1.200 asistentes, hombres de distintos aparatos.


La presencia de Alicia Castro, Ubaldini, el ‘Barba’ Gutiérrez, Palacios, Moyano, Pereyra, Héctor Recalde y otros, muestra la completa impasse en la que se encuentran. Todos hicieron un esfuerzo más para ocultar que para mostrar sus propuestas. La desazón de los cuadros movilizados hasta allí, muestra la enorme desconfianza que impera en sus propias filas. Todo se reduce a dejar las cosas como están, seguir siendo furgón de cola de los partidos patronales, preservarse en los sindicatos y barrer a toda oposición.


No hubo una sola mención a luchar contra la desocupación, cuyas cifras son pavorosas; de la flexibilización laboral y de la superexplotación‘se olvidaron’; qué decir entonces de nuestra miseria salarial.


Están acabados. Sólo la constitución de una oposición clasista puede recuperar los sindicatos como organizaciones de lucha, separarlos del Estado y hacerlos independientes de los partidos patronales.