Sindicales

3/12/2021

Lomas de Zamora: los choferes de la 540/553 ratificaron un rumbo de lucha

Los trabajadores renovaron el mandato de sus delegados contra las maniobras de la burocracia.

El pasado lunes 29 de noviembre se llevaron a cabo las elecciones en las líneas 540/553, luego de múltiples maniobras de la patronal y de la agrupación que responde a la fracción de la burocracia sindical de la UTA que encabeza Miguel Bustinduy (la Juan Manuel Palacios) para impedir que los compañeros respalden a la actual dirección, como finalmente pudieron hacerlo con un apoyo de casi el 70% del padrón de la empresa.

Las maniobras de la patronal, que venían de larga data, incluyeron la incorporación de varios miembros de la patota de Bustinduy a la línea. Incluso el grupo Autobuses Buenos Aires – DOTA, en su intento de derrotar a la organización combativa de los choferes, le entregó a la patota puestos jerárquicos cómo la jefatura de tráfico, desde donde hostigaron a todos los trabajadores, pero en particular al activismo, con sanciones arbitrarias sistemáticas.

Luego de la prórroga de los mandatos sindicales dispuestos por el gobierno nacional en el marco del Aspo y de una artimaña judicial de la empresa y la Palacios al suspender la fecha anterior de las elecciones (10 de septiembre), finalmente la mayoría de los trabajadores de la línea 540/553 pudieron respaldar con su voto a una dirección y un activismo presente en todas y cada una de las luchas del gremio.

Decidida a impedir esta muestra de reservas de lucha entre los trabajadores, la empresa negó el espacio físico que le corresponde otorgar para que se lleven a cabo las elecciones, y estas tuvieron que realizarse en la sede sur de UTA, a 20 km de distancia de dónde debieron ser originalmente, en la terminal de Puente La Noria, argumentando poseer una supuesta notificación judicial que las suspendía nuevamente.

Contra este intento de impedir la votación, los choferxs se movilizaron hasta la sede gremial y reafirmaron un camino de la lucha con su voto (70% del padrón) a una dirección combativa e independiente que es parte de la lucha por la recomposición salarial en el gremio, por las condiciones de trabajo y de seguridad e higiene, contra las sanciones, por la renovación de las unidades y en defensa de las frecuencias, por mejoras en la obra social, y que le puso el cuerpo además a importantes luchas dentro del gremio y de carácter general, como la de los choferes de zona oeste por justicia por Leandro Alcaraz y Pablo Flores, del proceso de movilización de “autoconvocados”, el apoyo a las listas de oposición contra las dos burocracias presentes en UTA y la lucha contra la reforma laboral, entre otros.

No se nos escapa que dentro del proceso electoral también una franja importante de trabajadores de alrededor del 30% no asistió a votar. La patronal y la burocracia sindical lograron hacer pie en un sector de trabajadores en base a pequeños “privilegios” y trato “diferencial”, como acomodar a los propios en los mejores turnos o unidades, pero sobretodo alrededor de una política macartista y derrotista a la vez -“hay que dejar de tocar el bombito”, “hay que dialogar”, etc.- que está destinada al completo fracaso. Sin embargo, estas discusiones y debates, que se presentan cotidianamente, esta vez fueron canalizadas a través de la agrupación de la burocracia sindical que, como dijimos, fue metida desde arriba por propia la patronal.

Con los trabajadores de base que sostuvieron esta política se deberá abrir una discusión alrededor de que política y que cuerpo de delegados necesitamos para defender nuestras conquistas, ofreciendo además un método democrático para las decisiones que se deberán tomar, todo sobre la base de la absoluta delimitación y la necesidad de una ruptura con la burocracia sindical y su agrupación.

Mención destacada merece el activismo de la línea que fue clave en la organización de la participación de los compañeros, aunque no alcanzó para completar el 100% de los compañeros que querían ir a votar, pero no pudieron hacerlo por la distancia y los horarios para tomar servicio en cabecera. De todas maneras, la elección dio una importante muestra de unidad contra la patronal y la burocracia sindical.

Las tareas planteadas

Si bien la realización de la elección es un enorme paso adelante, la patronal de Autobuses – DOTA, con la burocracia de Bustinduy, mantienen la orientación de invalidar el proceso electoral por la vía judicial, alegando que no se permitió la participación de su lista, la cual se presentó fuera del plazo legal. En términos políticos, esto refleja una disputa entre el aparato gremial oficialista y la oposición propatronal, lo cual sin duda atravesó el proceso electoral. Ante cualquier intento de desconocer el resultado electoral se deberá defender la voluntad de la mayoría de los trabajadores de la 540/553 y la plena validez del mandato resultante de la elección.

Esta reivindicación fundamental se suma al pliego por el cual ya se están movilizando los choferes, cuyo eje es el restablecimiento de la frecuencia e inversión en unidades, para paliar un servicio deficiente que tantos problemas causa a la población de la zona, y que dado este objetivo cuenta con un importante apoyo de las organizaciones sindicales y sociales del municipio. Profundizar la organización del activismo, con los métodos del clasismo (asambleas, iniciativas de agitación y lucha), aparece como el camino para progresar hasta conquistar los reclamos.

Al mismo tiempo los trabajadores y cuerpos de delegados de la 540 están llamados a fortalecer y a confluir con el proceso de nuevas agrupaciones, listas de oposición y cuerpos de delegados y luchas “autoconvocadas” que avanza en la UTA, aportando a un frente de lucha común, independiente de todas las fracciones de la burocracia sindical, por las reivindicaciones propias y contra todo intento de reforma laboral, ajuste y acuerdo con el FMI, que impulsa el gobierno y la oposición patronal.