La política de la mesa consistió en no apostar a ninguna acción concreta, para no verse condicionada en sus relaciones y negociaciones con las burocracias del CTA y MTA.

 

Cuando la comisión de acción propuso una nueva Marcha Federal en 20 días, la mesa no la descartó por problemas de preparación o por su superposición con el paro del 6, sino para “darse tiempo a convencer a otras corrientes”, es decir el MTA, el CTA y sectores de las Pymes.

 

La  violenta reacción de la mesa frente a la propuesta concreta de una nueva Marcha Federal mostró cómo estas corrientes están jugadas a no desarrollar un movimiento independiente de la burocracia y a recostarse, ora en la CGT (“asegurando el paro del 6”, departamento de San Lorenzo), ora en la burocracia “opositora”.

 

Es decir, el Foro fue concebido para reproducir las típicas alianzas de la burocracia en los sindicatos y de ninguna manera para recuperar las organizaciones obreras de la mano de los trabajadores.

 

Varios activistas se pronunciaron por efectivizar el paro activo nacional, pero se terminó votando por 24 horas para el día 6.

 

Cuando nos expresamos por un paro activo nacional como en Córdoba, la mesa viró hacia la posición paralelista, y de indiferencia a la movilización convocada por la central cegetista para ni siquiera “asegurar” el cese trucho del 6 de setiembre. La única cita clara para la mesa es el nuevo encuentro del 30 de setiembre.

 

Sin embargo no está dicha la última palabra, porque el activismo que viajó a La Rioja fue claro en su postura de intervenir en el paro del 6 de setiembre, para transformarlo en un verdadero paro activo nacional, y así lo hará si se afirmara esa tendencia entre los trabajadores. La reunión del 30 nos permitirá hacer un balance sobre el punto.