Sindicales

8/8/2001|716

Los despidos no deben pasar

Mediante una burda provocación, el “consejo administrativo” de la planta Puerto Argentino (digitado por un milico retirado, Daniel Roldán, en realidad el dueño de la planta) despidió a la compa”era María Inés, miembro de la Comisión Directiva Provisoria del Soip. La asamblea realizada “al toque” resolvió que la compañera entrara a laburar, pero fue expulsada a punta de pistola y, mediante amenazas, los compañeros fueron obligados a “retomar las tareas”.


Durante varios días la planta estuvo militarizada. En patrulleros en la puerta y los policías adentro eran casi superiores en námero a la cantidad de obreros.


El despido de dos compañeros más mostró que la patronal pretendía borrar de un saque todo atisbo de organización.


Hacía falta una respuesta contundente.


El viernes, a las tres de la mañana, ya se veían las llamas de las gomas del piquete. Desde la terraza el encargado y un par de elementos afines intentaban, manguera en mano, apagar el fuego. Más y más compa”eros activistas del gremio fueron llegando. La masiva presencia policial (con el comisario de la 3a. a la cabeza) no pudo doblegar nuestro objetivo: no se entra hasta que se resuelva la situación. La asamblea realizada en la puerta, rodeada por la infantería, se definió claramente: entramos todos o ninguno, obligando al patrón a dar un paso atrás y a “rever” su posición.


Aunque todavía no está resuelta en forma definitiva, se ha conseguido imprimir un giro a la situación.


De la firmeza de los compa”eros de Puerto Argentino y de la orientación y claridad de la Directiva combativa del Soip depende ahora transformar este giro en una victoria total.


Con organización y decisión se puede. °°°Manos a la obra!!!