Sindicales

21/5/1992|357

Los docentes y la movilización del 14 en Córdoba

delegada de la escuela Grecia

Mientras 4.000 trabajadores estatales en Córdoba se concentraban y movilizaban, la directiva docente de Capital (Soledad García y Raúl Aguilar, centroizquierdistas) decidió «apoyar”, sin movilizar a nadie e invitando sólo a los delegados a concurrir. Escondido en las columnas de una movilización ajena estaba la conducción cavallo-menemista de la UEPC provincial (Walter Grahovac). Curiosamente en la movilización estuvo Anzil, ex secretario de la UEPC, quien renunció en plena huelga del ’88 para reaparecer después como 2° de CTERA (no se sabe en representación de quien). Siguiendo su tradición de renuncia, ahora deja CTERA, aparentemente para formar lista con su vieja compañera (que sufrió un largo abandono) Olga Sayago (la misma que en las elecciones del ‘90 el PC buscó como socia para una lista y que Tribuna Docente impidió). La Sayago, como Penélope, esperó el regreso del hijo pródigo y estaría dispuesta a unirse a él formando un mausoleo, ya que ambos son cadáveres políticos. Es decir la movilización de los demás fue usada por los «dirigentes” docentes para «mostrarse” en función de las próximas elecciones de CTERA; pero de lucha, ni hablar.

Esto quedó claro en la asamblea del viernes 15, que UEPC debía convocar para decretar un plan de lucha por el salario. El secretario adjunto de la UEPC Capital, Aguilar, se dedicó a poner paños fríos diciendo “no podemos llevar a los compañeros a un plan de lucha, ya que Angeloz dijo claramente que no habrá aumentos. Hay que pensar muy bien compañeros antes de votar, ya que lo único que lograríamos es una nueva frustración cuando no consigamos esos aumentos”; es decir, totalmente entregado, el hombre. A pesar de esto los delegados llevaron y leyeron sus mandatos por planes de lucha con paros, asambleas y movilizaciones, que la ausencia de quórum impidió aprobar, pero que obligó a convocar a una nueva asamblea.

A instancias de Tribuna Docente se logró reafirmar, y obligar a la directiva, a defender el crédito horario para los delegados para los días de asamblea de delegados, algo que las directoras y autoridades desconocían y que la directiva había abandonado. El planteo descolocó tanto a la directiva de capital como a la provincial debiendo finalmente reafirmar este derecho, cuya falta de vigencia entorpece a las funciones de los delegados.