Sindicales

20/4/1993|388

Los estatales en lucha

El pasado 26 de marzo, una gran movilización de estatales conmovió a Resistencia: 7.000 empleados públicos, maestros, trabajadores de hospitales y otras reparticiones pararon y marcharon contra los despidos, los atrasos salaria­les y la degradación de la educación y la salud


Desde comienzos de año, el gobier­no de Taugmas y Ruiz Palacios viene ejecutando un brutal ataque contra los estatales un millar de trabajadores fueron despedidos, y se anunciaron 2 500 cesantías más. Al mismo tiempo, se cerraron comedores escolares, todas las bibliotecas públicas provinciales, 18 bachilleratos para adultos y diversos institutos terciarios. Con estas medidas, se pretende enjugar la completa bancarrota de la provincia a manos de las grandes patronales (a quienes, mientras tanto, se plantea entregar el control del Banco provincial que ellas mismas fundieron). Este “programa’’ fue el resultado del “pacto de gobernabilidad” suscripto entre la UCR y la procesista Acción Chaqueña, por la cual esta última apoyó la continuidad de Luis León como senador… y los radicales votaron a Ruiz Palacios como presidente de la Legislatura provincial. A este pa­norama, debe sumarse la completa deserción de la CGT provincial frente a la agresión a los trabajadores.


Cómo se gestó la movilización del 26


El ataque gubernamental abrió una profunda deliberación en reparticiones, hospitales y escuelas Una de sus ex­presiones fue la paulatina reestructura­ción del cuerpo de delegados de UPCP, donde —luego de que la burocracia menemista perdiera el sindicato en di­ciembre pasado— comenzaron a ser removidos los delegados colaboracio­nistas La nueva directiva, mientras tanto, vacilaba en apelar a la acción directa contra los despidos: junto con los otros gremios estatales, se integró a una “comisión de alternativa al ajus­te”, donde se pactó una tregua frente al plan de despidos y comenzó a discutirse una propuesta de retiros voluntarios. Pero un plenario de delegados de UPCP rechazó este rumbo, resolviendo la sa­lida del gremio de la “comisión de al­ternativa” junto con un plan de movili­zaciones. Luego de tres viernes conse­cutivos donde la UPCP realiza marchas con abandono de tareas, una “multisectorial” integrada por UPCP y algu­nos gremios estatales menores convo­ca a una movilización popular para el 26 de marzo. La marcha no sólo convocó masivamente a los gremios de la “multisectorial”, sino que rompió el bloqueo de las burocracias que la boi­cotearon: es el caso de los docentes y municipales, cuyos trabajadores se volcaron masivamente a las calles (una semana después, la directiva de Atech debió reacomodarse convocando a una marcha por las reivindicaciones docen­tes).


La marcha del 26 ha demostrado que es posible establecer una respuesta de conjunto, superando la parálisis y el divisionismo de las burocracias El mo­vimiento en curso puede abrir un rumbo para todos los trabajadores de la pro­vincia, sumida en una crisis sin prece­dentes (miles de agricultores quebrados, cosecheros sin trabajo, despidos ma­sivos en las textiles). Una convocatoria de la “multisectorial” y los delegados de UPCP a un congreso de trabajado­res —estatales y privados— de toda la provincia, podría establecer un progra­ma y un plan de lucha para quebrar el ajuste de Menem-Ruiz Palacios-León. En esta perspectiva, preparemos un 1º de Mayo independiente y de lucha.