Sindicales

23/2/1993|383

Los “frutos” de una privatizacion “consensuada”

El lunes 25 de enero, la comisión interna y algunos delegados de la UOM San Nicolás ocuparon la gerencia de personal de “Aceros Paraná” —ex Somisa— en protesta por la eliminación de un “ticket canasta” de 130 pesos, un 20% del salario de bolsillo (Clarín, 12/2) que se emplea en la compra de alimentos. Tres días después, la empresa anunció su reimplantación sólo por dos meses, es decir hasta fines de marzo.


La eliminación del “ticket” agravó el abierto malestar que se vive entre los trabajadores de la planta por la absoluta incertidumbre sobre la estabilidad laboral.


Techint ha vuelto a los “retiros voluntarios”, planteando la baja de otros mil trabajadores, aunque se percibe una “racionalización” que puede ir mucho más lejos, y que no se limita a las cesantías forzosas sino al reemplazo de personal efectivo por contratado.


La reducción del salario que ahora se intenta forma parte de un acuerdo de “privatización”, que estableció la derogación por decreto de “todas las actas y acuerdos al margen de los convenios que firmó la UOM… como una forma de limitar los costos laborales (de) los futuros nuevos propietarios” (La Nación, 28/9/92).


La ofensiva patronal está dictada por el desmoronamiento de los “negocios” de uno de los grupos que se alzó con gran parte de los activos públicos. La siderurgia está en crisis a nivel mundial, lo que explica que Siderca y Siat —también de Techint— asistan a un derrumbe de la exportación de tubos de acero y que la ex Somisa declare una pérdida de “10 millones de dólares mensuales” (Clarín, 26/1). La política de la patronal no tiene misterios: avanzar en el desguace de la acería, en los despidos masivos y en la “flexibilización laboral” y reclamar la “protección” del Estado a la “siderurgia nacional” a través de aranceles, reducción de impuestos u otras artimañas. Según fuentes del cuerpo de delegados, la empresa se interesó en que el conflicto por el “ticket” tuviera una amplia difusión en los medios, para “sensibilizar” funcionarios.


Existe entre los trabajadores un gran debate sobre cómo enfrentar la nueva tanda de despidos que seguirá a los “retiros”, sea porque los que se anotaron son menos de los requeridos o porque la “racionalización” seguirá más allá de los mil. La ex Somisa viene de una derrota, que ha significado la reducción del personal prácticamente a la mitad y que es una expresión brutal del absoluto fracaso de la política de Miguel-Brunelli.


La situación en San Nicolás empalma con una situación potencialmente explosiva en el resto de la UOM. En varias plantas se están librando batallas parciales, en algunos casos victoriosas, por el salario y contra la “flexibilización” , mientras se acentúa el proceso de descomposición burocrática por el inmenso fracaso de la dirección miguelista en la lucha por el convenio. Es justamente la cuestión vital del convenio —y la defensa de los básicos— lo que puede darle a las luchas en curso una perspectiva de conjunto y abrir un proceso de reagrupamiento en el activismo que está actuando.