Las patronales no esperan leyes para flexibilizar. La Nación —un diario de 700 trabaja­dores— presiona febrilmente desde febrero para imponerle a su taller gráfico la jomada de 12 horas, el cierre de secciones, la eliminación de contratados, la reducción de dotaciones y otros “ahorros” como volver a cambiar la cobertura médica y cerrar el comedor.

El ataque tiene una enorme trascendencia, porque La Nación es el diario mejor pago (salarios de $1.800) y el convenio gráfico establece para la rama diarios 6 horas de trabajo con francos 4 x 1 (4 días sí y uno no).

Un intento parecido desbaratamos los grá­ficos de Atlántida el año pasado. Si en alguna de estas grandes empresas “pasa” algo así, ¡qué les espera a las Pymes gráficas!

En el caso de La Nación, la acción de la burocracia ongarista (“acompañando” lo que decida la “gente”) y la debilidad de algunos delegados de rotativas estaba llevando a la fractura del diario y a la posibilidad cierta de que se firmara voluntariamente el paquete a cambio de una compensación salarial que, aunque sustancial, no compensaba las extras perdidas, el aumento de horas mensuales, de ritmos, etcétera.

La Naranja Gráfica planteó al diario que ningún aumento compensa la extensión de la jornada, porque en el futuro la extensión queda y el salario se esfuma a la primera inflación o devaluación monetaria. Propuso, además, un programa de acción para sacar a La Nación del aislamiento:

1. Campaña de denuncia al gremio y a la I opinión pública sobre el intento de La Nación.
2. Plenario General de Delegados.
3. Movilización callejera de todos los gráficos a la puerta del diario.
4. Interdiarios, para romper el intento en I toda la rama diarios.
5. No a la flexibilidad.

Los trabajadores se han agrupado. No aceptaron las 12 horas y votaron una nueva Comisión Interna que es un frente anti 12 horas. La maniobra patronal – burocrática ha quedado momentáneamente desbaratada.