Sindicales

19/7/2012|1231

Los K apoyan sindicalización ‘sui generis’ de la policía

Marcelo Saín es un ex funcionario K y un especialista desde siempre en materia de seguridad. Sabatellista, es uno de los abogados de la ‘seguridad democrática’ -que, recordemos, incluye el espionaje a las movilizaciones y organizaciones populares. Para Saín, la policía ‘debe’ sindicalizarse, porque es “el principal instrumento de protección de libertades y derechos”, que, sin embargo, ve violados sus derechos “dentro de la institución”. Esto se lo dice al re-alcahuete Tiempo Argentino, el domingo 15. La calificación de la policía como protectora de libertades y derechos, es el punto más alto de la necedad que han alcanzado, sin esfuerzo, los ‘militantes’ K. A Sain le interesa la sindicalización de la policía para armar o reforzar una camarilla oficialista dentro de un aparato asolado por guerras sucias de todo tipo. Racionaliza esa sindicalización como una suerte de contrapeso, ¿democrático?, dentro de la institución contra las autoridades policiales. Como los K han tenido choques reiterados con algunas de esas autoridades, la propuesta de Sain apunta a crear un aparato que, copado por el oficialismo (que monopoliza el poder político), serviría para encarar las ‘diferencias’ intestinas y no tan intestinas dentro del aparato policial o con algunas de sus camarillas. Marcelo Sain pretende que el gobierno organice su propia camarilla dentro de la policía, o que apuntale a la camarilla que responde al oficialismo.


Sain asegura que “no hay que confundir sindicalización con derecho de huelga”; dice que “eso es una reducción intencionada. Lo importante es que los policías…puedan sentarse a negociar”. Es decir a transar o intercambiar favores. Para sostener su oposición al derecho de huelga, Sain recurre a un argumento re-gastado de la derecha: que “la seguridad es un servicio básico” – una definición que se aplica a la salud, la educación, el agua, la luz, el transporte y otros, para negar el derecho de huelga. Es claro, sin embargo, que sin derecho de huelga la sindicalización es una palabra vacía. Sindicato o unión son instrumentos de los trabajadores para poder defenderse mediante el arma de la huelga.


Un ‘servicio básico’ debe ser ejercido por personal idóneo, que en el caso de la policía es la disposición a cumplir órdenes represivas sin chistar – en especial si carece del derecho de huelga. El reclutamiento de especialistas semejantes necesita, él mismo, un procedimiento policial. El democratismo policíaco de Sain y los ‘jóvenes militantes’, se ahoga en su propio vómito.


Los policías no deben gozar del derecho de huelga porque su función no es proteger libertades o derechos sino reprimir el ejercicio de esos derechos cuando son reclamados por los trabajadores. El único derecho que protege la policía es el de propiedad (los derechos de los trabajadores, cuando son reglamentados por las leyes y los decretos y resoluciones, se convierten en una negación de esos derechos); decir que protegería el derecho a la vida equivale a admitir que los antagonismos del régimen social vigente ponen en peligro una condición, la vida, que es anterior a cualquier derecho. Para proteger al ser humano contra incendios, aludes, derrumbes u otros accidentes, alcanzan los equipos técnicos de emergencia.


Las rebeliones policiales son una manifestación de la descomposición del Estado capitalista; muchos de ellos han cristalizado esta descomposición mediante la legalización de empresas privadas de represión. Ante la contradicción que supone la rebelión de los reclutas de los aparatos de represión contra esos aparatos e incluso del Estado, el movimiento obrero debe estudiar  concretamente cada situación concreta, y defender el principio de la sindicalización de esos reclutas, con derecho de huelga incluido, en el marco y bajo la subordinación a los sindicatos y centrales obreras.