Sindicales

23/1/2020

Los obreros de Molinos Minetti lograron suspender el desalojo

Hay que luchar por la puesta en funcionamiento bajo control obrero

Un fuerte operativo policial con decenas de efectivos de la guardia de Infantería de la Policía de Córdoba, que responde a una directiva política del gobierno de Juan Schiaretti, intentó, este miércoles, desalojar por la fuerza a los trabajadores que permanecen en la planta de Molinos Minetti. El fiscal Tomás Casas, siguiendo instrucciones políticas precisas del gobierno pejotista, había emitido una orden de desalojo inmediato. La policía cerco las instalaciones y ocupó el predio, restringiendo el paso y llegando incluso a detener transitoriamente a varios activistas.      


Rápidamente los trabajadores y la comisión de mujeres organizaron una heroica resistencia y convocaron al activismo a colaborar con la misma. Un grupo abnegado ingresó al predio sobrepasando a las fuerzas represivas, llegando a ubicarse en las terrazas del molino. Afuera comenzaron a llegar decenas de activistas de organizaciones de izquierda, quienes se solidarizaron con la lucha obrera poniendo el cuerpo contra la represión. Entre los presentes se encontraban Soledad Díaz García, legisladora del PO-FIT, quien enfrentó en forma reiterada los atropellos policiales.        


Finalmente, y ante la creciente movilización contra el desalojo, el fiscal decidió suspender por un día el operativo, aduciendo que el día jueves había convocado a una “mesa de diálogo” con la empresa, y que esperaría el resultado de ese supuesto acercamiento.


El rechazo del desalojo ha sido un paso muy importante en la defensa de la lucha obrera en el molino. Pero no se nos debe escapar que el compromiso que se ha alcanzado es muy precario, y que en cualquier momento, el gobierno y la justicia, volverán a intentar el desalojo.


El desalojo por parte de la policía y la justicia, que responden a Schiaretti, es la última acción de un gobierno que defiende incondicionalmente a la patronal de Minetti, cuyo accionar es completamente fraudulento y delictivo. Con el desalojo, el gobierno de Schiaretti pretende consumar el despido final de los trabajadores sin el pago siquiera de una indemnización.


Previo a este intento de desalojo, el gobierno de Schiaretti permitió y avaló toda clase de ataques de la patronal a los trabajadores, durante meses. Permitió mes a mes el no pago de los salarios, como así tampoco el pago de impuestos. Nunca declaró la ilegalidad manifiesta de los despidos. Jamás accionó administrativamente contra los incumplimientos laborales. Siempre rechazo la gestión obrera. También la burocracia sindical hizo su parte con el aislamiento, la división y el desgaste del conflicto. Así se preparó la represión que ahora se intenta ejecutar en pleno receso.


Para los trabajadores queda solo un camino: luchar por la expropiación de la planta y su puesta en funcionamiento bajo control de los trabajadores. El proyecto presentado por Soledad Díaz es un norte en ese sentido. La re funcionalización de la empresa por la gestión obrera debe convertirse en una causa popular que se respalde con la ocupación de fábrica y la movilización en las calles. Llamamos a todo el movimiento obrero a reforzar esta lucha.