Sindicales

13/7/2017|1466

Los obreros se movilizaron contra la orden de desalojo


Con el apoyo de numerosas organizaciones obreras y estudiantiles, los trabajadores de Pepsico se concentraron el martes pasado en las puertas del Juzgado de Garantías de San Isidro, donde se encuentra el despacho de la jueza Andrea Rodríguez Mentasty, quien podría dar curso al pedido de desalojo realizado por el fiscal Gastón Larramendi (¡en horas nocturnas!, según especificó), en el marco de la causa abierta por la empresa contra los obreros por su permanencia en la planta en defensa de los 690 puestos de trabajo.


 


Los obreros reclaman que se anule la orden de desalojo y denuncian que la multinacional yanqui pretende usar el fuero penal para resolver un conflicto laboral.


 


Ante la amenaza de desalojo, las guardias solidarias en la puerta de la planta, en apoyo a los obreros, se han reforzado. 


 


Pepsico bajó sus persianas hace veinte días con el propósito de retomar la producción en Mar del Plata con obreros precarizados y desorganizados gremialmente.


 


Para quebrar la lucha de los obreros, la patronal alimenticia ha procedido a la importación de productos desde Chile (papas Lay’s y Doritos), lo que de paso desmiente las patrañas de la compañía sobre una supuesta situación de crisis. “No tienen un problema económico, sino que este cierre es una decisión de índole política y laboral”, dijo Camilo Mones, de la Comisión Interna. 


 


En la concentración frente al juzgado, hablaron referentes de distintas organizaciones. Pablo Busch, delegado de Unilever, que formó parte de una delegación de la Coordinadora Sindical Clasista, denunció que “hay despidos en todo el gremio. No se están pagando los aguinaldos y no se paga el retroactivo del aumento [paritario]”. Reclamó un paro general de los trabajadores de la Alimentación, en apoyo a los obreros de Pepsico, y cuestionó a la dirección del sindicato, que ha abandonado a los obreros y es cómplice de los despidos en el sector.


 


Mones llamó a reforzar las guardias solidarias afuera de la planta, ante las amenazas de desalojo. “Queremos que todo el país sepa que no vamos a bajar los brazos”, resaltó una obrera de la planta de Florida.


 


El lunes, los trabajadores -que reclaman la reapertura de la fábrica- también se habían movilizado al juzgado, acompañados de referentes políticos y de derechos humanos.


 


Junto a los casos de AGR-Clarín, MAM y Walmart de Sarandí, la toma de Pepsico forma parte de una tendencia de lucha de la clase obrera contra los despidos masivos.


 


Por el triunfo de los trabajadores de Pepsico.