La mayoría de los patrones de la medicina privada, que han lucrado enormemente con el PAMI y otros obras sociales, persiguen como obje­tivo, en esto conflicto, negociar en mejores condiciones la refinancia­ción de las deudas del PAMI (Markovic propone realizar quitas de hasta el 60%) para no quedar excluidos de los nuevos contratos. También en la Capi­tal, recientemente, la burocracia de ATSA impulsó, conjuntamente con las patronales, movilizaciones de sanato­rios “pami-dependientes”, sobre la base de la ‘imposibilidad’ de pagar los sueldos. No es el caso de pequeños propietarios de geriátricos o laborato­rios, que no tienen el poder económico del Hospital Israelita, Italiano o Sa­natorio Antártida, involucrados en aquellas medidas.

Los trabajadores de PAMI y las organizaciones de jubilados deben lla­mar, en primer lugar, a los trabajado­res de la sanidad afectados, a sumar­se, con sus propios delegados, a las asambleas y movilizaciones por la defensa del PAMI, para levantar rei­vindicaciones en común, entre ellas, el pago de sus sueldos.

La movilización de los trabajado res no debe subordinarse a los intere­ses de las patronales de la medicina Los pequeños prestadores, deben explicitar su apoyo a la lucha adhiriendo al programa. Fuera Markovic, toda intervención del gobierno y el Banco Mundial. No a la privatización, administración directa del PAMI por los Jubilados.