Sindicales
18/6/2020|1598
Lxs obreros de Algodonera Avellaneda vs. el lobby sojero de Vicentin
Dos marchas, dos perspectivas
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Desde el año 2011 no se producía un paro en Algodonera Avellaneda, propiedad del megagrupo empresarial Vicentin Saic. El 16, 500 obreras y obreros ganaron las calles de Reconquista -cabecera del departamento de General Obligado al norte de Santa Fe-, donde está radicada la empresa, marchando desde las puertas de la planta hasta el centro de la ciudad.
Están de paro desde el viernes 12 de junio y desde ese momento bloquean con un piquete disuasorio las puertas del portón de la fábrica, ganando a otros turnos y sectores a la medida de lucha, porque el sindicato abandonó esta lucha que ha sido tomada en sus manos por los delegados de sector. Reclaman principalmente salarios dignos: un trabajador con 31 años de antigüedad cobra 100 pesos la hora de trabajo más 10 pesos por antigüedad. A esta indignidad, se suma que la patronal retuvo y no pagó los bonos salariales cedidos por el gobierno al personal esencial que trabajó durante la cuarentena.
La algodonera del grupo Vicentin viene, sin embargo, de aumentar su producción, están trabajando con ritmos más intensos de trabajo que en el pasado, “produciendo al 300%”, como repiten lxs compañerxs. Es que en medio de la crisis algunos ganan y otros pierden, Vicentin siempre gana. La superexplotación laboral está en la base de la fortuna de este pulpo sojero. Esta intensificación de los ritmos de trabajo no ha tenido correlato con ninguna compensación salarial por productividad, mientras lxs trabajadores denuncian un aumento de las enfermedades laborales y la precarización laboral.
La lucha de clases detrás del destino de Vicentin
Como sabemos, las casualidades no existen, y el mismo día en que este colectivo obrero salía a luchar contra la explotación de la patronal Vicentin -en una medida que fue votada en asamblea hace varios días, luego de que se rechazó la conciliación obligatoria-, la familia propietaria del grupo intentó tapar el reclamo obrero dirigido contra ellos, organizando un raid mediático en los principales medios de la provincia y organizando una caravana de vehículos en la localidad vecina de Avellaneda “contra la expropiación”.
Es sabido que el objetivo declarado del gobierno es proceder a un rescate de los acreedores sin afectar los intereses capitalistas del grupo que dirigen los Padoán-Nardelli (ver editorial). Esto lo aclaró la diputada del Frente Progresista, María Laura Corgniali, que se apersonó en el piquete de las puertas de la planta de Algodonera Avellaneda y en nombre del subinterventor del gobierno nacional aclaró que esa empresa no forma parte de la rama intervenida y por eso el gobierno no puede hacer nada respecto del reclamo obrero. El dato es, a primera vista, falso, ya que la algodonera figura como parte del grupo Vicentin Saic. Políticamente, muestra un gobierno de espaldas a los reclamos obreros más elementales.
Mientras que el gobierno se declara prescindente de este conflicto, en lugar de apoyarse en el colectivo obrero para avanzar contra una familia de oligarcas que defaultearon a productores, trabajadores y al propio Estado, los titulares de la empresa han sacado toda su artillería y su poder patrimonial contra la tibia medida del gobierno, dándose el lujo de mostrar su pertenencia a la burguesía “nacional”. Héctor Vicentin, hijo de uno de los fundadores de la empresa y exdirector de la compañía, dijo en Radio 2 que: “Durante el gobierno de Cristina no dijeron nada cuando capitales chinos compraron el 100% de una cerealera como Cofco. No entiendo ahora por qué apuntan a la extranjerización”. Se refiere a la compra de la exNidera, con la que este pulpo chino se posicionó junto con Cargill y Dreyfus, entre las principales agroexportadoras del país.
Fracasó la audiencia en el Ministerio de Trabajo
La postración más clara del gobierno de Santa Fe a los intereses de los Vicentin lo demuestra lo sucedido el 16 de junio en la audiencia convocada por el Ministerio de Trabajo de la provincia, donde desde el Estado desecharon todas y cada una de las reclamaciones de un extenso pliego obrero, que iba del salario a las condiciones de trabajo. Allí le dijeron que todo esto “son condiciones de convenio ya cerradas en paritarias”. Omar Perotti y especialmente su ministro de Producción, Constamagna, se han colocado como mediadores del conflicto en favor de los Vicentin y sobre todo de la “seguridad jurídica” que reclaman las sojeras, que tienen en Santa Fe una plataforma de explotación privilegiada.
La lucha de las trabajadoras y trabajadores textiles de Algodonera Avellaneda es parte de conflictos y reacciones en diferentes sectores de trabajadores que van surgiendo en varios puntos del país en defensa de sus salarios, los puestos de trabajo y las condiciones sanitarias en el marco de la pandemia. El contraste es la parálisis de la burocracia sindical de todos los pelajes.
La salida de fondo al conflicto de todas las empresas del grupo Vicentin está en manos de los trabajadores textiles, estibadores, aceiteros, algodoneros, de la carne y todos los sectores obreros que trabajan para esta empresa y hoy no tienen garantía alguna respecto de su situación laboral.
Oponiendo a la incertidumbre, convoquemos asambleas obreras que debatan un pliego en defensa de los puestos de trabajo y exigiendo un salario acorde al costo de vida.
Estatización sin pago de todo el grupo Vicentin. Por la recuperación del complejo agroexportador en manos de sus trabajadores. Nacionalización de los puertos y el comercio exterior. No al pago de la deuda. Que la crisis la paguen los Padoán-Nardelli y la clase capitalista.