Sindicales

13/9/2007|1009

Mar del Plata: Huelga general y ocupación obrera del Soip

Bajo una lluvia y un frío insoportables, mil obreros del pescado recorrieron el puerto, hicieron piquetes, llamaron a la huelga y a la movilización planta por planta, enfrentaron a la Infantería (con el saldo de dos heridos y dos presos) y culminaron ocupando la sede del Soip. La camarilla dirigente que capitanean Salas y Verón huyó de la sede del histórico sindicato de la pesca. Varios burócratas se refugiaron a metros de allí, en el edificio de la Obra Social, que fue custodiado por la Guardia de Infantería, primero en la puerta, luego directamente desde adentro.


Desde 1999 no ocurría una ocupación de este tipo. Esta novel burocracia sindical, firmante del nefasto convenio flexibilizador Cipa-Soip, hoy homologado como anexo Pyme del histórico convenio 161/75 por Kirchner y Tomada, pasó a defender su entreguismo con la Guardia de Infantería. Recientemente, el Concejo Deliberante que responde al intendente Katz, un radical K, aprobó por unanimidad la solicitud de fuerzas federales para preservar el orden en “La Feliz”, con la excusa de la inseguridad.


Desde la sede sindical bajo control obrero se autoconvocó una reunión conjunta de los delegados del sector en negro con los del sector en blanco, que trabajó normalmente hasta ese momento. La reunión declaró el paro y exigió la presencia de Salas, el secretario general del Soip, para que declare la huelga general por tiempo indeterminado o se vaya del sindicato. Desde allí, a la madrugada, partieron los piquetes a garantizar el paro a partir del 12 de septiembre, mientras escribimos estas líneas.


Unos 3.700 obreros en negro han pedido formalmente su registro en el Ministerio de Trabajo, en lo que representa el mayor movimiento por el blanqueo en años. La irrupción vino precisamente a partir de una ofensiva “negrera” de la patronal que desblanqueó varias plantas que lograron incorporarse al convenio del ’75 cuando se recuperó el gremio en 2001. Es decir que se trata de una formidable reacción obrera desde la condición más difícil, sin pescado en muchas plantas y después de brutales golpes recibidos del gobierno de Kirchner-Solá-Katz, reputados agentes de los mismos monopolios pesqueros contra los que se desató no hace mucho la gran huelga de Puerto Deseado por parte de los embarcados en la provincia de Santa Cruz.


La combatividad obrera ha sorteado otros obstáculos. No hace más de un mes, dirigentes ligados a la CTA firmaron un acta de levantamiento de los bloqueos piqueteros del puerto por parte de los obreros de Giorno y otras plantas para que en cien días se blanqueara a los trabajadores (o sea, después de las elecciones de octubre). El acta tampoco especificaba con qué convenio serían blanqueados, si con el 161/75 o con el nefasto anexo Pyme.


Fracasaron. Hoy, las carpas de Arepez y otras empresas, las movilizaciones y piquetes, las asambleas obreras han derrotado esta tregua y han demostrado que las patronales sólo buscaron ganar tiempo a favor de ellas y de “su” gobierno, para que atraviese la elecciones del 28 de octubre sin sobresaltos. La bandera es blanqueo sin anexo.


Fracasó también la idea del sindicato paralelo reflotando un sello llamado Sipes, gestionado por la CTA, que duerme en algún cajón. Los obreros fueron al rescate de su organización histórica, el Soip.


El improvisado cuerpo de representantes del negro abarca hoy unas 70 plantas. Se empezó a unir con los delegados del blanco (la posición por la que tanto batalló nuestra agrupación Bordó) y es, por estas horas, una suerte de dirección provisoria autoconvocada del sindicato. El divorcio entre los trabajadores y una dirección que llama a la Guardia de Infantería contra sus compañeros difícilmente tenga retorno.


No hay una dirección única y clara de la huelga. Hay corrientes contradictorias, habrá una experiencia trabajosa por parte de los compañeros, pero, con seguridad, los trabajadores del pescado marplatense han iniciado un nuevo capítulo de su rica tradición clasista. Nuestra agrupación Bordó —que perdiera las últimas y fraudulentas elecciones por escaso margen— se rearma hora tras hora. Su programa es el blanqueo bajo el convenio ’75 y la anulación del anexo Pyme. La Bordó garantiza las carpas y piquetes, busca la unidad del negro y el blanco, la unidad de sus delegados e impulsa la asamblea general para garantizar la victoria de la huelga.


Desde ese lugar hemos llamado a apoyar a todas las organizaciones obreras y populares. Y de hecho, mi gira en Mar del Plata como candidato a presidente y a diputado por la provincia, fue una tribuna política a favor de los huelguistas. Mi presencia personal en dos oportunidades durante el martes 11 de septiembre, en la sede del Soip, junto a Patricia Comparada y Alejandro Martínez, activistas y candidatos del PO, marcó el compromiso del Partido con la causa de los trabajadores, por la victoria de su lucha.