Sindicales

13/4/2020

Mar del Plata: la industria pesquera en el ojo de la tormenta

La situación de los trabajadores de una de las principales actividades de la zona. 

La industria pesquera en la ciudad de Mar del Plata, y en todo el país, viene siendo golpeada desde fines del año pasado. La pandemia del Covid-19 agudizó esta tendencia: según los últimos informes divulgados por TC2 (operadora de logística de exportación) la exportación (el 90% de lo que se pesca en aguas atlánticas se exporta) se redujo un 35% durante el último trimestre. No podía ser de otra manera, los mercados asiáticos y europeos están congelados por la cuarentena, lo mismo mercados norteamericanos y en el sur Brasil (donde por otro lado la devaluación del real golpeó fuertemente las ganancias); por el momento solo Rusia aparece como un cliente firme. Al cerrarse restoranes, hoteles y catering el efecto domino se siente fuertemente. 


El langostino, el marisco más esperado para extraer por su precio y su costo, trae malas noticias, según la Horeca (federación de hoteles, restaurantes y caterings) de España, uno de los destinos más importantes del langostino que se pesca en el norte patagónico, el precio del mismo cayó un 70%, razón por la cual se redujo a un tercio la flota pesquera que partirá para realizar la prospección en los próximos días. 


Salvo por una luz que comienza a aparecer a partir de la pesca de calamares que generaría un mayor movimiento en los muelles, el panorama es bastante oscuro. 


Por otro lado recordemos que el gobierno nacional había otorgado una baja en la tasa impositiva en pescados y mariscos claves, para descomprimir la presión de las cámaras patronales, que habían presentado un pliego de cinco puntos (entre las cuales se encontraba el subsidio al combustible y reglas claras con las cooperativas que se contratan para terminar el procesamiento del pescado). Actualmente los reclamos de las patronales tienen que ver con el hecho de que a pesar de que la actividad está exceptuada de la cuarentena no la incluyeron dentro de la ayuda económica del decreto 332 para pagar sueldos a pequeñas y medianas empresas con fondos de la Anses. En algunos casos se trata de una impostura ya que bajo el formato pyme se camuflan distintas unidades satélites de los monopolios marítimos.


El COVID-19 en el puerto y en las embarcaciones


Otro elemento que agrava la crisis económica que azota la industria pesquera fue que al principio de la cuarentena hubo una enorme resistencia por parte de los obreros marítimos y estibadores a trabajar ya que no se garantizaba un protocolo de seguridad e higiene por parte de las patronales. En Prensa Obrera oportunamente denunciamos el asunto y nos hicimos eco de la misma. Esta situación generó que por un lado no salieran los barcos y por otro lado ser redujera el personal efectivo para procesar lo poco que se había pescado a un 50% ya que el resto formaba parte de grupo riesgo. Otro tanto ocurrió con los inspectores nucleado en Upcn que se negaron a embarcarse porque no se cumplía con el protocolo acordado con las patronales y el Estado, luego de que los obreros se plantaron y no trabajaron. 


Los sindicatos de la actividad en cuarentena desde hace mucho


El mazazo sobe los trabajadores es brutal, en los últimos 3 meses se registran al menos 500 despidos vinculados a la industria. Pero estos números solamente son los registrados, ya que dado la modalidad de trabajo en “coopetruchas” con una enorme cantidad de trabajadores informales el numero puede ser mayor. El DNU emitido por Fernández para prohibir despidos y suspensiones no ha servido para nada: “Nadie despide a nadie en el puerto. El empresario (?) solo avisa que cerrará la puerta, si no lo tiene, contrata un abogado laboral que se encarga de negociar arreglos por mucho menos de la mitad de lo que les corresponde. Ni una ni doble indemnización. Migajas y en cuotas” (elmarplatense.com 5/4). En el caso de aquellos trabajadores que se encuentran en actividad vienen cobrando hasta menos de la mitad de lo que percibían meses atrás. 


La dirección del SOIP es impotente frente a la situación, y por ahora su intervención se limitó a movilizar una decena de trabajadores las puertas del municipio para pedir… bolsones de comidas frente a los despidos. Ni hablar de garantizar los puestos de trabajo. 


Control obrero y popular frente a la pandemia 


Queda totalmente claro que en todos estos episodios la deliberación obrera estuvo ausente, y las burocracias sindicales han jugado a favor de las patronales. Por ejemplo ¿la actividad marítima es esencial en función de las necesidades actuales, cuando el 90% de los que se extrae es exportado? Frente al hambre y la miseria ¿no debería redireccionarse esa producción para abastecer las mesas y comedores populares de las miles y miles de familias de la ciudad que están pasando hambre y están desocupadas actualmente frente a la cuarentena? El Estado debería intervenir en las empresas que cierran sobre la base del control obrero de la producción (y en las que reducen los salarios) para garantizar por un lado el trabajo (en base a las condiciones obreras) y por otro lado el consumo interno frente al hambre. 


Desde el Partido Obrero y la Coordinadora Sindical Clasista hacemos un planteo a todos los y las trabajadores del puerto y el pescado señalando en primer lugar: es fundamental tomar el control de la situación para que los intereses de los trabajadores y la salud estén en primer lugar; comités obreros de seguridad e higiene para garantizar los protocolos de seguridad tanto en tierra como en altamar; contra el trabajo en negro en cooperativas truchas y Pymes truchas defendemos el convenio único por actividad. Seguro al parado igual al salario de actividad como mínimo de $30.000, frente al parate de la actividad; frente a las pymes que plantean la ayuda económica por parte del Estado, que se abran los libros contables, comisión de revisión obrera y si realmente es necesario que el Estado se haga cargo de la plantilla de sueldos.