Desde hace dos meses, una medida de fuerza del Somu (sindicato de obreros marítimos) impide en el puerto de Mar del Plata la carga de contenedores con pescado para la exportación.

El Somu agrupa a los marineros de los barcos factoría y congeladores.

La gran masa de marineros de Mar del Plata se agremian en Simape, dirigido por el flamante director provincial de pesca de la provincia de Buenos Aires, el “Gato” Novero. Son los marineros de altura y media altura, los denominados “fresqueros”. Ellos no están en conflicto.

La medida de fuerza (no operar los cargueros que lleven dichos contenedores) ha paralizado por completo la operatoria de las dos compañías del rubro (Maersk y Hamburg.sud) y obliga a las exportadoras a despachar los embarques desde otros puertos. Esto ha provocado la airada protesta de las cámaras -principalmente la Cepa- las que amenazaron con despedir personal de plantas en tierra. Ya empezaron los primeros despidos.

El conflicto ha repercutido y hubo audiencias con Scioli y Tomada.

El Somu reclama la firma de un convenio similar al que ya rige en el sur, aunque no se ha preocupado en lo más mínimo en explicar en qué consiste. No hay manifestaciones ni alguna otra medida para sacar el conflicto “fuera” del puerto. Parte de los trabajadores lo consideran un simple diferendo entre Novero y “Caballo” Suárez por ver quien acapara los favores del poder de turno. En el último conflicto, hace dos años, parecía haberse acordado un reparto de influencias: el “Gato” obtuvo reconocimiento para negociar convenios en el área de Mar del Plata a cambio de no salir de esa “frontera” burocrática.

A pesar de las voces quejosas de las cámaras empresarias, el Senasa informa un incremento en los volúmenes de exportación de más del 10%, y una suba del precio internacional de la merluza (de 2.100 a 2.500 dólares por tonelada, en relación con 2007). Además, ya lograron el reintegro de las retenciones a la exportación.

Lo que es incontrastable es el pronunciado deterioro del caladero de merluza. En tierra, contradictoriamente con esas cifras, ha caído la ocupación de mano de obra pues se exporta más pescado sin procesar.

Las empresas también han pasado mayor cantidad de personal a convenios “pymes”, que no cuentan con garantía horaria y elevan la “productividad” (la explotación del obrero).
Mientras en el conflicto con los marineros se ha dictado la conciliación obligatoria por diez días, en tierra la empresa Barilari ha dejado en la calle 350 trabajadores que se desempeñaban en seudo-cooperativas, es decir en negro.

El puerto de Mar del Plata -que ya superó la mitad de los desembarques del total nacional-  es una caldera que acumula tensiones crecientes: disputas por los cupos de un recurso (la merluza) al borde del colapso, brutal atraso salarial en todos los gremios, miles de trabajadores en negro y precarizados, disputas entre las cámaras y las burocracias. A todo esto deberán agregarse las consecuencias de la crisis internacional.

El Partido Obrero se moviliza por:

• El triunfo de todos los reclamos obreros, prohibición de los despidos, reincorporación de los despedidos. Estatización y puesta bajo control obrero de toda empresa que despida y/o cierre.
• Garantía horaria para todos; eliminación de los convenio por empresa y/o “Pymes”, plena vigencia del convenio marítimo y del Convenio Colectivo/75 para todos.
• Salario mínimo igual a la canasta familiar.
• Declaración de la pesca y procesamiento como actividad insalubre.
• Comisiones obreras de control y fiscalización en mar y en tierra.
• Plan de lucha conjunto de la CGT y CTA.
• Por un congreso obrero que discuta y resuelva una salida sustentable a la actividad de la pesca nacional.