Sindicales
17/10/1995|469
Masiva movilización de la Unión de Trabajadores Desocupados (UTD)
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Bahía Blanca se ha incorporado a las comunidades en lucha. El viernes 6, a partir de las 8 de la mañana, los primeros compañeros comienzan a llegar respondiendo a una convocatoria que se ha realizado con los más limitados recursos (el más importante es la charla mano a mano). Otro medio son algunos afiches en hoja oficio pegados en los almacenes, en los que figuran los dos puntos que sintetizan el programa: 1) Trabajo para todos con salarios dignos, y 2) Subsidio de 500 pesos mientras dure la situación de desempleo masivo.
Un grupo de compañeros ha participado en varios reportajes radiales y en un espacio de televisión por cable. La Unión de Trabajadores Desocupados (UTD) denunció una campaña de provocaciones por parte del diario local ‘La Nueva Provincia’ y el gobierno municipal.
Durante toda la semana se han seguido inscribiendo desocupados en los cuadernos de la organización. La olla popular funciona al mediodía y a la noche. Hombres, mujeres y niños se congregan en la Carpa para compartir lo que hay, y para discutir los próximos pasos a seguir.
“Queremos trabajar”
A las 10 de la mañana somos aproximadamente 800 personas. Otra vez están ausentes las centrales sindicales –CTA, MTA—, pese a que se les ha enviado invitaciones, como a cada sindicato en particular. Esperamos media hora más. Algunas “caras desconocidas” alertan a los compañeros que han constituido una verdadera red contra posibles provocadores. Ahora sí la concentración se pone en movimiento. Frente a la municipalidad somos más de mil. Una bandera de arpillera pintada a pincel encabeza la columna. Hemos cortado la calle. Desde las ventanas de la municipalidad algunos comensales y funcionarios espías atónitos frente a la magnitud de la manifestación. La policía del gobierno democrático ha ubicado la montada y patrulleros en arterias claves. Nuestra seguridad ha sido discutida y organizada y funciona impresionantemente aceitada. Los compañeros con un brazalete celeste y blanco actúan con la única autoridad que los trabajadores reconocen: la que se gana en la lucha.
Comienza una marcha de más de una hora. Recorremos las calles céntricas. A nuestro paso vamos demostrándoles a los comerciantes del centro y a los vecinos que obervan, que las cosas están claras: no venimos a romper, no buscamos sino ser escuchados. Queremos trabajar. Arrancamos algunos aplausos y saludos. Nos dirigimos a Camuzzi Gas Pampeano, que durante la semana siguió cortando servicios por falta de pago. Llegamos frente a sus oficinas centrales. La indignación se transforma en canto de reclamo: “Camuzzi, hijo de puta... “La empresa baja sus cortinas metálicas. El canto sube. Nos vamos a ESEBA. La actitud es la misma. Cada vez hay más bronca.
De ESEBA vamos al Concejo Delibertante. Las fotos publicadas al día siguiente por La Nueva Provincia ilustran sobre el momento que se vive: a algunos compañeros los hemos visto sonreír por primera vez cuando marchaban llevando la bandera de la UTD. Los concejales salen a la placita frontal. No hay parlantes. Tampoco a nadie le importa lo que puedan decir. ¡El descrédito de este cuerpo es enorme! Nos vamos a la municipalidad. El intendente Linares (UCR) ha vuelto de La Plata. Poco trae para conformar los reclamos. Una ampliación de los cupos del “Plan PROAS”: 230 puestos en total. El PROAS es un plan nacional que incorporaría a 60.000 trabajadores, con jornadas de 4 horas y una remuneración de 200 pesos por mes. Este plan, junto con el Forestar (10.000 puestos) y el Activar (30.000) que comenzarían a funcionar a partir de noviembre, son la ‘gran oferta’ de la burguesía para frenar el ‘descontrol social’ que produce la destrucción del aparato productivo, que frente a la masa de 3.000.000 de desocupados alcanza para un 3% con salarios de hambre.
Linares anuncia los resultados de su gestión. La gente guarda silencio. Linares pide que “para mejorar el funcionamiento” (?), levantemos la Carpa. González, el compañero que preside la UTD responde: La Carpa no se levanta. La gente lo aplaude, y vuelve a cantar “La Carpa no se mueve”. La Carpa es un símbolo del aguante. Funciona como secretaría, archivo, despensa y dormitorio. La Nueva Provincia se lamenta: “ni la lluvia ni el barro han logrado disuadir a los desocupados”.
Vamos a resistir. Hoy tenemos más de 3.300 inscriptos. Nuestro programa es uno y no se negocia: trabajo para todos y subsidio de 500 pesos en base a un fondo especial que surja de un impuesto extraordinario a las grandes firmas bancarias, fabriles y de servicios.
Los próximos días deberemos atender algunos puntos que aparecen como déficit organizativo. Por ejemplo, no hemos logrado constituir las filiales barriales de la UTD, con lo cual el estado deliberativo no es uniforme. El trabajo de difusión y convocatoria a las barriadas no sigue un patrón diagramado. La espontaneidad de la respuesta disimula por el momento estas falencias. La coordinadora interbarrial, como la de Neuquén, es la forma de estructurar el trabajo. Debemos reproducir secretarías de la UTD en cada barriada, en donde se inscriba al desocupado y se abra la discusión. Si esta semana podemos definir esta tarea, la siguiente movilización contará con un número creciente de compañeros.
Hoy, en Bahía Blanca, el que quiera hablar de desocupación, quienquiera que sea, tiene que dirigirse a la UTD y venir a la Carpa, que ha sido ratificada por los compañeros, y es la organización sindical más viva y de mayor autoridad ganada en la pelea.
El mismo Linares ha tenido que aceptar a la UTD como interlocutor de los miles de compañeros desocupados de Bahía Blanca. Según el intendente, la municipalidad ‘arbitraría’ para evitar los cortes de luz y los retiros de los medidores de gas. Pero éstas no son más que palabras hasta que se hagan efectivas las medidas: suspensión inmediata de cortes y eximición de pago de servicios e impuestos para todos los compañeros desocupados.