Masivo paro docente

La dirección kirchnerista de Ctera eludió plantear la continuidad

El paro fue importante incluso en provincias que ya cerraron sus paritarias

La huelga docente convocada por Ctera fue masiva en prácticamente todo el país, y especialmente contundente en la Ciudad de Buenos Aires y en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Chaco y Salta -en estas últimas con grandes movilizaciones-, y en Chaco, precedidas de importantes autoconvocatorias. Incluso, dentro de las jurisdicciones en las que ya se ha cerrado la paritaria -a la baja- como es el caso de Chubut, Río Negro o Tucumán, las medidas fueron importantes.


En Buenos Aires, una movilización de alrededor de 20.000 trabajadores se dirigió a la Plaza de Mayo. Fue una movilización de aparato, que estuvo por debajo de las grandes movilizaciones de 2017 y 2018. En el caso del Suteba, la movilización de la oposición multicolor aportó, aproximadamente, la mitad de la concurrencia.


La marcha confluyó en un acto, de espaldas a la Casa de Gobierno, en el que ninguno de los oradores planteó continuidad alguna de las medidas. Todos ellos, en cambio, se centraron en la defensa de la unidad electoral de la oposición pejotista para 2019. El planteo más extremo fue el del burócrata Daniel Ricci, de Aduba, que concentró su atención en la denuncia de la persecución judicial de empresarios y funcionarios K por sus enjuagues con el presupuesto de la obra pública.


Sonia Alesso, por su parte, destacó que con la unidad que se expresaba en la marcha para “votar bien” en las elecciones, los maestros estaban dándole una enseñanza a Macri. Pero no llamó a enfrentar, con la lucha, el plan de guerra del que denominó “gobierno de la derecha liberal”. “Macri tiene fecha de vencimiento”, fue su principal alegato, lo que augura, según Alesso, el retorno al poder del peronismo, que ha viabilizado el ajuste a través del Congreso y en aquellas provincias que gobierna.


Sonia Alesso, también, pasó de largo de que la mayoría de las provincias del país no han cerrado las paritarias, incluyendo su provincia, Santa Fe, que la semana entrante tiene votado un paro de 48 horas. Si los gobernadores -los mismos que firmaron un salario inicial de 15.000 pesos- no dan respuesta, habrá paros en Entre Ríos, Chaco y Santa Cruz; el 7 de marzo debatirán cómo continuar las medidas los Suteba multicolores, Ademys y el sindicalismo combativo de varias provincias del interior, por el reclamo de un salario básico unificado nacional de 26.000 pesos, triplicación del presupuesto educativo, resolución del derrumbe de la infraestructura bajo control de docentes y padres, defensa de los regímenes jubilatorios y de los estatutos docentes.



La dirección de Ctera, igual que la de Suteba y UTE, hicieron campaña bajo la consiga “el 6 de marzo, los docentes vamos a la escuela”. Sin embargo, la necesidad del no inicio fue planteada por la reacción de la base docente a un estado de ajuste histórico contra la educación pública.


Un informe del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) señaló que, tanto las provincias como la Nación, redujeron en forma significativa el presupuesto destinado a inversión en educación en los últimos años. En el ámbito nacional, la inversión educativa, según el reporte, cayó 9% entre 2016 y 2018. Además, de cumplirse el Presupuesto 2019, el retroceso llegará al 19%. Actualmente, el 70 por ciento de los docentes de todo el país cobra salarios por debajo de la línea de la pobreza -muy lejos de los 49.200 pesos que mintió el ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro. En el caso de la provincia de Buenos Aires, un docente de más de doce años de antigüedad recibirá de aumento cero pesos, estableciendo de hecho un tope de 20.100 pesos -es decir, 6.000 pesos por debajo de la canasta de pobreza. El panorama se completa con el derrumbe edilicio de las escuelas, de parte de un gobierno que prometió la creación de 3.000 jardines que jamás comenzó a construir.


Este ataque histórico está rubricado por el ministerio de Educación y por el Consejo Federal de Educación, integrado por todos los ministros de Educación de todas las provincias, que han informado la resolución de que el salario mínimo docente pasará a 15.000 pesos a partir de este mes, lo que representa un aumento del 10,41% respecto de la base previa. Este es el salario que cobrarán la mayoría de los docentes en las provincias más pobres, como las del NOA y NEA.


Ninguna tregua


A contrapelo de la política de tregua de la dirección celeste de Ctera, este estado de cosas fue el alimento de una huelga masiva y el levantamiento de los docentes del Chaco, que reclaman ir a medidas de fuerza indeterminadas, o de Salta, provincia en la que se produjo una gran movilización, a pesar de la integración de la Asociación Docente Provincial de Salta (ADP) -hoy envuelta en un escándalo de manipulación de cargos, venta de títulos y fraudes en planes de viviendas- al gobierno de Urtubey, además de importantes movilizaciones en Córdoba y en otras provincias.


Paremos masivamente el 8M y reclamemos plenarios de delegados con mandato en todas las provincias para decidir un plan de lucha hasta la huelga general, que derrote el plan de guerra de Macri y todos los gobernadores contra la educación.