En una extensa entrevista en Crónica TV, el ministro de Economía y candidato a presidente por Unión por la Patria, Sergio Massa, responsabilizó a los paros docentes por salario y condiciones laborales del deterioro en la escuela pública. Massa busca recuperar terreno electoral contra Milei tomando parte de su libreto y atacando a los trabajadores, mientras ajusta a la educación aplicando el programa económico del FMI.

El superministro y “hombre fuerte” del gobierno no tiene mejor idea que acusar a los docentes por las consecuencias de años de ataque del Estado a las condiciones laborales, salariales y edilicias de la educación.

Massa señaló que “esto del laburante que manda su hijo a la escuela parroquial porque en la escuela pública hay paro cada dos semanas… viejo, eso también lo tenemos que ordenar”. Se trata de una afirmación nefasta que busca crear un chivo expiatorio reforzando el libreto de la derecha y desmoralizando al pueblo trabajador.

La “joda del paro”

“Cuando el papá dice ‘tengo la escuela pública pero tengo 18 paros por año, me complicaste la vida, flaco; no tengo donde dejar a mi pibe’. Acá tiene que haber un compromiso en el cual decimos ‘muchachos, se acabó la joda de que por cualquier cosa reclamamos, por cualquier cosa hacemos paro’. Basta”, agregó Massa.

La idea de que los trabajadores “paran por cualquier cosas” es, por decir lo menos, bastante antojadiza. Las y los trabajadores van al paro como resultado del deterioro de sus condiciones laborales y las condiciones de estudio de millones de chicos y estudiantes.

Massa empezó la campaña contra Milei atacando a los docentes. Sigan así, que desmoralizan al pueblo para que gane la derecha.

— Gabriel Solano (@Solanopo) August 18, 2023

Escuelas hacinadas, sin materiales ni insumos; edificios con problemas de infraestructura edilicia que provocan incluso la muerte de trabajadores de la educación, como el caso de Sandra y Rubén en Moreno; falta de estufas en invierno y ausencia de ventilación en verano; pobreza y hambre en las familias obreras y sus hijos, que acuden a escuelas sin comedores o con viandas menos que insuficiente; barrios y escuelas que se inundan y son intransitables; son algunas de las muchas razones por las que las familias laburantes sacan a sus hijos de la educación pública.

Los paros de docentes y trabajadores de la educación son la resultante de toda esta situación, justamente para superarla reclamando que se destinen los recursos necesarios, incluidos los destinados a mejorar los salarios de pobreza que pagan las jurisdicciones provinciales a partir del piso precario que fija el gobierno nacional. Los gobernadores, a su vez, impulsan descuentos salariale contra los docentes que paran, por lo que la tesis del “paro loco” carece de sustento empírico: los paros se produce cuando las condiciones laborales y de estudio se vuelven insoportables para trabajadores y estudiantes.

El gobierno, por esta vía, también desenvuelve una amenaza contra los docentes y el conjunto de los trabajadores, cuando especulan con “compensar” el ajuste oficial -devaluación mediante- con el compromiso de sumas fijas no discutidas con nadie. Además, Massa viene de pactar con el fondo un recorte en las transferencias a las provincias, lo que se usa en una importante medida para costear la educación, lo que redobla el caracter de la amenaza hacia los procesos salariales de lucha en distintas provincias.

Cabe agregar que la idea de una docencia en “paro permanente” es una sátira de lo que en verdad ocurre, con una burocracia sindical servil y adicta al gobierno, que ahora trabaja masoquistamente para la candidatura de Massa, pese al desprecio manifiesto de este hacia la docencia y sus reclamos. Los procesos de lucha del último periodo, incluso, dieron lugar a recuperaciones gremiales combativas que agotaron la experiencia con el “sindicalismo oficialista”, como en el caso de la docencia secundaria en Jujuy y la Uepc en Córdoba.

La joda del Estado

La verdadera joda es la del Estado que desfinancia la educación y la salud, y destina los recursos nacionales al FMI, a las patronales y a los especuladores financieros.

Cuando Milei ataca a la ineficiencia del Estado se apoya en las consecuencias de las medidas del Estado capitalista ajustador, que subordina la educación pública a los intereses del mercado y a un creciente desarrollo del sector privado.

Nadie en su sano juicio pagaría una escuela privada si la educación pública funcionara eficientemente, con trabajadores bien remunerados, instalaciones óptimas, accesibilidad, condiciones laborales y recursos e insumos suficientes. La antesala de la privatización educativa es la destrucción de la educación pública por obra de la intervención del Estado que dirige los intereses sociales de la clase capitalista.

Massa sabe bien de esto porque es quien ejecuta esta política. Su ataque a la docencia no es solo una especulación electoral, sino una posición de clase. Esta orientación no hace más que facilitar y promover las ideas fascistizantes de Milei y compañía.

La defensa de la educación pública contra quienes pretenden desmantelarla debe partir de explicar esta dinámica: no somos defensores del estatismo ajustador y antiobrero del gobierno ni del “antiestatismo” liberal de Milei y la derecha, ya que ambos trabajan bajo la misma orientación social capitalista y privatista.

Somos partidarios de la defensa de la educación pública partiendo de la organización independiente y de clase de las y los trabajadores de la educación, junto a los estudiantes y toda la comunidad educativa, para que la escuela tenga la financiación suficiente para cumplir con todos los requerimientos necesarios. Repudiamos el ataque de Massa a la docencia y a los métodos de lucha de la clase trabajadora, justamente cuando más es atacada por las patronales y los capitalistas.

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