Sindicales

13/9/2023|1676

Massa, Ganancias y el ajuste

Nuestra lucha fue, es y será por la abolición del impuesto al salario

Massa con la CGT

La desesperación electoral ha llevado a Sergio Massa a una maniobra de cierto impacto. Promulgó un decreto que será seguido, según anunció, por un proyecto de ley que prácticamente terminaría con la cuarta categoría de Ganancias para la mayoría de los trabajadores afectados. Con un Mínimo No Imponible de 15 salarios mínimos, el decreto empezaría a hacerlo efectivo. De concretarse ambas cosas, para el Partido Obrero, que viene luchando por la “abolición del impuesto al salario” hace más de una década, se trataría de un logro de los trabajadores por el que seguramente habrá que luchar para que no sea revertido por cualquiera de los políticos capitalistas que nos gobiernen después del 10 de diciembre. Incluido el propio Massa, que de ser el nuevo presidente seguirá la política de ajuste y endeudamiento que ya lleva delante de la mano del FMI.

Recordemos que el kirchnerismo con Cristina en la presidencia se puso de punta con gran parte del movimiento obrero por defender este impuesto como un arma de la “redistribución de la riqueza”. Para nosotros se trató siempre de una confiscación más del salario por parte de un sistema impositivo regresivo, no progresivo. Un impuesto que se suma al IVA, a Ingresos Brutos, al impuesto al cheque o a los combustibles, todos de traslado directo a los precios y, por lo tanto, impuestos que hacen descansar el financiamiento del Estado en las espaldas de los trabajadores y consumidores, y no en la ganancia capitalista. Ganancias y su cuarta categoría completan esa regresividad porque rebana directamente una parte del salario para financiar la deuda, los subsidios al capital, las exenciones impositivas, los negociados de la patria contratista y tantos otros gastos parasitarios del Estado. Es una falacia plantear su progresividad a partir de que graba a los salarios y jubilaciones más altas. Por un sencillo motivo que ahora, tras 20 años de kirchnerismo, vino a descubrir el candidato: el salario no es ganancia.

El kirchnerismo perdió las elecciones de 2015, entre otras cosas por el impuesto al salario. Una parte del movimiento obrero, harto de la confiscación, votó a Macri que había prometido eliminarlo. Para Hugo Moyano, tan afecto a los cambios de camiseta, fue uno de los argumentos para apoyar a Macri en la elección que lo llevó a la presidencia. Efectivamente, “Cambiemos”, siendo oposición, de la mano de Carrió y Negri, promovió varias sesiones especiales y una fuerte campaña contra el impuesto a las ganancias en los salarios planteando básicamente un Mínimo No Imponible más alto, pero agitando la reducción drástica de este impuesto. Claro, como pasa con todos los políticos capitalistas, luego en el gobierno, Macri lo siguió cobrando y con los saltos inflacionarios de 2018 se llegó a más de dos millones de trabajadores tributando el impuesto.

Los petroleros impusieron varias luchas a la burocracia para excluir determinadas cifras de los montos alcanzados por el impuesto. Algo similar ocurrió con viáticos y extras en otras de las reformas y parches por la que empujaron fuerte los camioneros, ya con Pablo Moyano jugando un papel. Pero si hubo un sector que lo transformó en una bandera de lucha y movilización fue la Lista Negra del Sutna en aquel momento a través de la seccional San Fernando, convocando plenarios de los sectores combativos en la zona norte, que más de una vez ganaron la calle al frente de diferentes sectores clasistas y combativos. Fue parte de una lucha política importante ante la burocracia de Wasiejko, de la CTA Yasky, que defendía el impuesto contra sus propios trabajadores, por ser parte del gobierno “nacional y popular”. Fue en esa etapa que con nuestra entrada al Congreso dimos prioridad a dos proyectos para ser los primeros en presentar: la abolición de ganancias y la aplicación del 82% móvil.

Nuestro proyecto ha sido sucesivamente representado por Romina Del Plá y tiene estado parlamentario, desde luego con todas las firmas de los diputados del FIT-U, pero jamás apoyado ni tratado, ni por la derecha ni por el peronismo. Ambas coaliciones se han turnado para cajonearlo. El proyecto incluye monotributistas y grava a los altos funcionarios del Estado, veremos el de Massa, que parece no incluiría ninguna de las dos cosas.

Para la burguesía es una noticia que alivia los reclamos salariales de los mejor pagos, pero se preocupan por el financiamiento del Estado del que no quieren hacerse cargo. Massa dice compensarlo con el nuevo impuesto a las importaciones del 7,5%, al que llamó “impuesto al trabajo importado”, dictado por la falta de dólares. Concepto como mínimo discutible, porque el incremento en los insumos de importaciones lo terminamos pagando en los precios, es decir que doña Rosa, desocupada, terminaría financiando la eliminación de la cuarta categoría.

Es interesante ver que al anticasta y anti-impuestos Milei no se le oyó decir una palabra de este gravamen. Veremos cómo actúa cada uno en el Congreso. Ya la derecha que se oponía en el pasado, ante el anuncio denunció que es “populismo tributario” y adelantan que no lo votarían. Todos los sindicatos deberían fijar posición, claro, al igual que por un salario mínimo equivalente a la canasta familiar, y especialmente por la indexación salarial porque sino las patronales descansarán en esta mejora para deprimir actualizaciones a los sectores comprendidos.

Nuestra política es la abolición total y definitiva del impuesto al salario, en el pasado, ahora y en el futuro.

https://prensaobrera.com/sindicales/massa-cgt-epica-peronista-para-disimular-20-anos-de-confiscacion-a-los-salarios