Sindicales

9/3/2006|936

Mendoza en lucha


Una columna de 1.500 trabajadores abrió el tradicional carrusel vendimial el 4 de marzo. Allí estaban los docentes y celadores, los trabajadores de los hospitales públicos y los choferes de trolebuses. El reclamo que los unifica es el aumento de salarios, y el dato más significativo fue el impresionante respaldo popular recogido en todo el trayecto del desfile, manifestado en el caluroso aplauso de los 300 mil mendocinos y turistas presentes.


 


La presencia del PO, con un grupo de compañeros repartiendo una declaración de apoyo a la lucha, también fue bien recibida por la población. Vendimos casi 60 prensas, batiendo nuestro récord en piqueteos.


 


Esta movilización es parte de un proceso de luchas salariales de los estatales que se viene gestando desde fines del año pasado. El Poder Judicial estuvo semi-paralizado todo el mes de diciembre y luego de la feria, en febrero, se logró un aumento que ronda los 300 pesos. Este aumento arrancado con la lucha, si bien es insuficiente y está sujeto a la recaudación impositiva según una claúsula del acuerdo, mostró un camino al conjunto de los estatales. Los trabajadores de la salud retoman las asambleas, que son verdaderos paros por el salario y el pase a planta permanente de los contratados, y los choferes de la empresa provincial de transporte (organizados en ATE y UPCN) vienen realizando paros totales garantizados con piquetes para que equiparen sus salarios con los de las empresas privadas (1.450 de básico) y reduzcan la jornada laboral a 7 horas.


 


El cuadro de conflictividad se completa con la entrada en paro por tiempo indeterminado de los trabajadores de la educación desde el 6 de marzo. En un plenario caliente, los casi 500 delegados de escuelas rechazaron la oferta del gobierno de 850 pesos (incluido el “incetivo docente”) y le impusieron a la burocracia un número muy concreto para la negociación en paritarias: 1.000 pesos de inicial y blanqueo de los ítems en negro.


 


La conducción de ATE no puede llevar adelante una lucha consecuente por el salario. Esto es lo que acaba de demostrar en el congreso provincial de la CTA, que se realizó prácticamente en la clandesitinidad para que nadie perturbe los acuerdos de estas direcciones: no votar nada contra el gobierno ni unificar las luchas en curso.


 


La columna de casi 200 trabajadores desocupados del Polo Obrero, en la “Marcha contra la pobreza” el 27 de febrero, se manifestó por el aumento salarial (mínimo de 1.800 pesos) y los reclamos barriales propios, y lo volvió a hacer el viernes 3 con un piquete frente al Hospital Lagomaggiore.


 


Las luchas de los estatales están creando las condiciones, muy a pesar de la burocracia de la CTA, para hacer retroceder al gobierno provincial.