Sindicales

17/8/2020

Mendoza: los grandes bodegueros exigen una mayor devaluación

Mientras congelan paritarias y ajustan a sus trabajadores.

Desde la Cámara de Comercio exterior de Cuyo y la Acovi (Asociación de Cooperativas Vitivinícolas) salieron a hacerse eco de los dichos del ex ministro de Economía, Roberto Lavagna, quien aseguró que Argentina requiere de un “tipo cambiario real que empuje a las exportaciones”, marcando que el valor oficial del dólar está desfasado con el que la economía real está manejando.

La queja concreta de estos sectores de las grandes patronales son los distintos tipos cambiarios: el ingreso por exportaciones, con un valor menor a la hora de convertirlo a pesos y la compra de insumos y todo lo que genera costos, como la promoción internacional, que tiene el valor del dólar con el impuesto del 30%. Con este argumento, reclaman una devaluación del peso, acompañada de otras medidas, como una disminución de la carga impositiva, eliminación de retenciones y optimización de los costos logísticos para llevar los productos a puerto. Dicho en criollo, más subsidios.

Este reclamo se da en el marco de un informe del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, que detalla el aumento de las exportaciones de vino del orden 46,3% solo en el primer semestre de 2020, en comparación con el año anterior. Esto, sumado a un importante incremento del consumo del mercado interno que ronda el 7%.

La bronca de los trabajadores

Este incremento de las ganancias millonarias de las patronales bodegueras tiene como contracara el congelamiento de salarios de sus operarios de bodega, que tienen paralizadas las paritarias y solo recibieron un aumento, por decreto del gobierno nacional, de $4.000. Peor aún la viven las y los trabajadores de viña que tuvieron que levantar la cosecha con un precio que retrocedió con respecto al de otros años y llegó a valer $12 el tacho.

Los trabajadores tuvieron que cosechar durante toda la cuarentena para garantizar la cosecha y el procesamiento de la misma, ya que las patronales del vino lograron que se declarara actividad esencial. Esto fue defendido por el gobernador Rodolfo Suárez y varios intendentes, como Miguel Ronco de Rivadavia, que empujaron a que las tareas se prestaran sin ningún tipo de elementos de seguridad y limpieza, sin distanciamiento social ni régimen de rotaciones para resguardar a los obreros y obreras.

Esta situación de precarización y exposición al contagio de Covid-19 ha despertado el descontento de la base trabajadora que ha empujado a la Foeva (Federación de Obreros y Empleados Vitivinícolas y Afines) a que declarara un paro la semana pasada, que fue rebatido a través una conciliación obligatoria por parte del Ministerio de Trabajo de la Nación. Desde la Federación reclamaron un aumento de $6.000 no remunerativos y que, junto a los $4.000 que percibieron por decreto, pasen al básico. Por parte de la patronal respondieron con un aumento del 19%, en dos cuotas, en agosto y octubre, y un importe de $2.150, que recién seria abonados en enero próximo.

Es importante destacar que el salario promedio de los trabajadores ronda entre los $20.000 y los $25.000, mientras la Canasta Básica Familiar, en nuestra provincia, ronda el orden de los $40.000, con el agravante que aún no han percibido su aguinaldo, que recibirán en cuotas, algo similar a lo que viven los trabajadores estatales.

Poner en pie una salida de los trabajadores

Las y los trabajadores operarios de bodegas, como los que prestan tareas en las viñas, llevan años de salarios magros y precarización que necesita ser revertida en un rubro que asegura millones a las patronales, que además de llenarse los bolsillos impiden hasta sus mismos trabajadores acceder a los vinos producidos, que se vuelven un lujo para sus salarios.

Para esto, es necesario preparar las condiciones para imponer el reclamo de salarios igual al costo de la Canasta Básica Familiar, el fin del trabajo a destajo de las viñas, la jubilación anticipada, así como verdaderos protocolos de higiene y seguridad que aseguren la salud y vida de los y las trabajadoras del sector, tal cual lo han marcado sindicatos como el Sutna (neumático), en gráficos y el Inti, entre otros.

Necesitamos poner en pie un plenario de delegados y activistas de todo el sector para deliberar como motorizar un verdadero plan de lucha, en el camino de imponer todos los reclamos que atraviesan el sector que no pueden seguir postergándose en pos de mantener la rentabilidad de los grandes bodegueros.

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