Las y los residentes llegaron al Km 0 -lugar de la convocatoria general- movilizados desde el hospital Central, con bandera propia y a puro agite, y así se mantuvieron durante toda la jornada.

El cantito expresa toda una realidad: “Sin residentes no hay hospital, precarizados no vamos a trabajar”. Es que todos los servicios de todos los hospitales son sostenidos casi enteramente por residentes -en cuanto a profesionales médicos hablamos, claro. Se los considera “en formación” para determinar el salario y las condiciones laborales, pero al mismo tiempo se los supone lo suficientemente profesionales para hacerse cargo casi enteramente de la atención incluso en servicios críticos como la guardia o las UTI, como se puso de relieve hace algunos meses con la carta de los residentes el hospital Schestakow de San Rafael.

El rechazo masivo a la última oferta salarial del gobierno motivó, no solo su importante participación en la marcha, sino también que días antes se conformara la Asamblea Provincial de Residentes, que tiene por delante el desafío de organizar la lucha de este sector históricamente relegado, por mejorar sus condiciones laborales además de salariales.

Los reclamos más urgentes son el aumento del 45% en una cuota, el pago de los bonos adeudados y la restitución de $7.000 descontados arbitrariamente a los residentes dependientes de nación. En el tintero queda también la modificación de la ley de residentes.

¡Un importantísimo paso adelante!