El gobierno de Milei ordenó cerrar los Centros de Referencia del ex Ministerio de Desarrollo Social (CDR) y despide alrededor de 600 trabajadores. Esto es otro ejemplo de un ataque sobre el conjunto de la población trabajadora. Las suspensiones y los despidos se cuentan por miles. La caída del consumo y de la actividad económica da cuenta de que el ajuste lo estamos pagando los trabajadores.

Cabe aclarar que los CDR tienen sedes en diferentes puntos de Argentina. Dónde irán a reclamar las personas que necesitan la asistencia social de la Nación, ¿a las oficinas de Sandra Pettovello en Caba? ¿Cómo hacen los compañeros de Salta, Jujuy, de Tierra del fuego y de cada provincia del país?

El argumentos ante el cierre de los CDR es que son todos ñoquis que son la casta, cuando la mayoría de los trabajadores de estos centros están precarizados y con salarios por debajo de la línea de la indigencia. Esto sucede mientras el gobierno tiene funcionarios como Bullrich, Caputo y Scioli y al clan Menem cobrando sueldos por encima de los 2 millones.

El cierre de los CDR viene en la misma línea de los recortes en el Potenciar Trabajo. Desde que asumió el actual gobierno, vienen siendo denunciados por las organizaciones por la falta de entrega de alimentos para los comedores populares, mientras el gobierno se jacta de haber asistido a las iglesias evangélicas que le hicieron campaña y a Cáritas, entregándoles sumas totalmente insuficientes mientras se ahorran $180 mil millones por mes en compra de alimentos, y plantea compra de alimentos a punto de vencer para convertir una posible pérdida por vencimiento de los productos en una ganancia donde le dan los comedores comida en mal estado. Que los pobres coman las sobras ese es el planteo por detrás de estas compras.

Además, en los últimos días hemos tenido un nuevo ataque a les compañeres del Potenciar Trabajo, con el planteo de desengancharlo del salario mínimo de miseria. Intentan dividir al movimiento obrero entre trabajadores ocupados y desocupados y que el Potenciar deje de ser un piso salarial. Pretenden evitar una lucha en común. Hoy más que nunca es necesaria la acción común entre ocupados y desocupados y trabajadores jubilados.

El gobierno plantea terminar con la intermediación pero sus arreglos con las iglesias muestra que lo que intentan es priorizar la intermediación de la Iglesia que llama a la desorganización de los desocupados. Plantean a los compañeros que no es necesaria la organización, como dijo la ministra Sandra Pettovello: “No voy a recibir a los referentes voy a atender a las personas con las necesidades”.  Pero se formaron 20 cuadras de cola y la ministra no atendió a nadie, porque “no tenían cita”.

Es claro que el gobierno tiene la intención de terminar con el programa y con la asistencia a las familias desocupadas. Ante este ataque es más necesario que nunca un plan de lucha para reclamar el aumento en el ex Potenciar, ahora en los $78.000.

Para reclamar nuevos cupos, para reclamar los alimentos para los comedores populares y para llevar al triunfo estos reclamos es importante el avance en la coordinación de todas las organizaciones sociales, que debe extenderse a una acción en común con los sindicatos combativos y las centrales sindicales, con las asambleas populares para derrotar el plan de ajuste de Milei y sus cómplices.

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