Luego de mantener reuniones durante todo enero con los representantes del gobierno, sin informar a las bases qué se estaba discutiendo, los sindicatos que nuclean a los trabajadores de Aerolíneas Argentinas (AAA, APA, Upsa, Apta, Apla) firmaron un aumento del 16% para el mes de febrero. Estamos ante una rebaja salarial inmensa en términos reales, como nunca se ha visto en la historia de la empresa.

La paritaria que va de octubre 2023 a septiembre 2024 se está dando en el marco de una inflación del 53,31% sólo de octubre a diciembre (último IPC disponible).

Los únicos aumentos que se han firmado son de un 7% en octubre y un 16% en febrero, que acumulados dan un 24,1%.

Estamos ante una pérdida salarial brutal, teniendo en cuenta incluso que la inflación del 53,31% es de octubre a diciembre, mientras que los aumentos salariales fueron de octubre a febrero.

Pero la responsabilidad no es sólo de Milei.

La gestión de la compañía estuvo hasta diciembre en manos de Pablo Ceriani de La Cámpora, quién se negó en este periodo paritario a ir recomponiendo los salarios en línea con la inflación.

También de las conducciones de los sindicatos aeronáuticos, quienes mantienen las negociaciones sin debate con los compañeros del sector y sin realizar medida de fuerza alguna.

Alertamos que la destrucción salarial y el deterioro del servicio no sólo sirve para licuar gastos sino que son necesarios para avanzar con la privatización. Buscan crear un clima de malestar entre los trabajadores y usuarios y mejorar las condiciones de negocio a posibles compradores.

En este marco, también se dieron las paritarias de Atepsa, sindicato que nuclea a los trabajadores de tránsito aéreo, cuya paritaria va de abril 2023 a marzo 2024.

En este caso se consiguió activar la cláusula gatillo retroactiva que logra empatar la inflación para los básicos de noviembre y diciembre, un aumento del refrigerio, 400 recategorizaciones, un 16% de aumento para febrero y una reapertura para el 15 de febrero.

Esto se consiguió luego de realizar asambleas generales, regionales, reuniones de cuerpos de delegados y de dar por iniciado el proceso formal para ir al paro por estas demandas.

En un marco de aislamiento en el sector y a nivel general, con las burocracias convalidando el rodrigazo en curso, no se pudo hacer valer por el momento el acta arrancada el año pasado que fija para los meses de enero, febrero y marzo un adelanto de sueldo por el REM y una corrección con el IPC de ser necesaria.

A pesar de eso y entendiendo la gravedad de la situación, el acta fue avalada por el 95% de una masiva asamblea nacional que se prepara para que cuando se reinicien las negociaciones se vaya a la lucha para evitar el recorte salarial que el gobierno busca imponer.

La experiencia está mostrando hoy más que nunca que para frenar las privatizaciones y recomponer el salario se debe ir a un proceso de asambleas en todos los sindicatos y a un plenario general de delegados de todos los sectores que sea el inicio de un plan de lucha.

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