La dirección de la Ctera, así como la de la UDPM, han vaciado de contenido a los sindicatos; en el caso local, a tal punto que los dirigentes se han transformado en voceros del gobierno. Después de mucho tiempo de cacarear que buscaban un salario “que dignifique la tarea docente", han abandonado la lucha a cambio de treinta pesos y la miseria del incentivo docente y han aprobado la Ley de Educación Provincial (4.026) en la que se legitima la pérdida de la estabilidad laboral.

Tenemos tantos salarios básicos como provincias, todos por debajo del nivel de indigencia. En los 24 estados provinciales, de distintos modos, se lleva a cabo la destrucción de la educación pública a través de la reforma educativa.

Un plan de lucha nacional que haga frente a esta política de catástrofe brilla por su ausencia; en todas las provincias en las que desarrollamos luchas nos han dejado aislados.

Existe un acuerdo estratégico de conducciones con los gobiernos nacionales y provinciales para llevar a fondo la reforma privatista, la extensión de la edad para jubilarse (ley 3.380), no defender a los afiliados ante las sanciones de la patronal, dejar pasar el lete, el 13%, etc. Es decir, promover la desmoralización de los trabajadores como paso previo a la municipalización y la completa flexibilización laboral.

Para que ta lucha por los 500 pesos de básico triunfe, el único camino es echar a la dirección nacional y provincial