El Lunes 19 de abril se produjo la muerte de Mirta Carrizo, trabajadora de la empresa Mondelez ubicada en Pacheco, a causa del Covid-19. Mirta era una trabajadora de varios años en la fábrica, que estaba en el turno mañana, del sector de chocolate. La muerte de Mirta es la consecuencia de la desidia patronal, ya que a través del departamento médico fue obligada a seguir trabajando, más allá de que era paciente de riesgo: una expresión de que la patronal no cumple con los protocolos y el cuidado de los trabajadores. A esto se suma que en las últimas semanas volvieron aumentar los casos de Covid-19 en la planta.

Es importante destacar que Mondelez, al ser una empresa del rubro alimenticio considerada esencial, nunca dejó de producir. Mientras tanto los trabajadores sufren el incumplimiento de los protocolos. A lo que se suma la falta de vacunación, cuando a solo unos metros, en Garin, está el laboratorio de Hugo Sigman, donde se producen millones de dosis que no son utilizadas en el país.

La falta de protocolos y de cuidado de la salud de los trabajadores se puso de manifiesto también en la última semana, cuando la patronal no quiso cumplir el decreto nacional y provincial de cerrar el jardín maternal, lo que llevó a una acción de la comisión interna de bloquear los portones.

Aunque luego de la reunión en el Ministerio de Trabajo la patronal se comprometió a cerrar el jardín, como también establecer que las trabajadoras que son madres que tienen sus hijos en edad escolar tienen que ser licenciadas con el pago del 100% de sus remuneraciones, como venían cobrando antes del decreto. Se pautó una nueva reunión para esta semana, para efectivizar ese acuerdo dentro de la planta.

A la falta de medidas de seguridad e higiene se le suma que la patronal de Mondelez avanzó con una reforma laboral de hecho, estableciendo acuerdos de contratación con las empresas como McDonald’s, Burger King, Starbucks, donde los trabajadores estuvieron más de seis meses dentro de la planta ocupando puestos vacantes, realizando las tareas normales y habituales, al igual que los efectivos, pero que ahora fueron “devueltos” a las otras empresas, sin ningún indemnización.

Todo un ataque a los derechos de los trabajadores que cuenta con la connivencia de la dirección del sindicato de alimentación.

La comisión interna tiene que convocar a asamblea general urgentemente, para poner en pie comisiones de trabajadores que hagan cumplir las normas de seguridad e higiene, rechazando la reforma laboral, los despidos y las suspensiones.

La única forma de defender la salud y la vida es con la intervención de los trabajadores, con los métodos de la deliberación colectiva y el paro.