El molino fue cerrado a fines de noviembre de 2001. El personal (150) fue despedido. No se hizo efectiva en los plazos legales, la liquidación final ni la indemnización. La empresa anunció que pagar’a en cuotas la liquidación final de los haberes dejando para más adelante el cumplimiento de la indemnización. La asamblea de los trabajadores decidió aceptar la propuesta patronal de cobro mensual. Una minor’a optó por el juicio.

Durante varios meses, la empresa incumplió su propia propuesta, entregando de 20 a 30 pesos por cuota. En mayo, ante la intención patronal de incumplir nuevamente el acuerdo, se produjo una fuerte presión obrera, logrando regularizar los pagos.

Desde marzo, la empresa informó sobre una posibilidad de reapertura de la planta de Caballito. Pero luego de un acuerdo con el Centro de Panaderos y el Gobierno de la Ciudad, la molienda de 1.300 toneladas fue derivada a una planta de la localidad de Benito Juárez. La reapertura del molino de Caballito nunca se produjo.

Los trabajadores insisten en el reclamo de la reapertura de la planta.