Sindicales
9/5/1996|493
Morón: Rousselot ataca a mansalva
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El intendente Rousselot ha descargado un nuevo mazazo sobre los trabajadores municipales. El 2 de mayo, en medio de un asueto administrativo decretado por la comuna, comenzaron a llegar cientos de telegramas de despidos. Las cesantías afectan a todos los sectores, fundamentalmente a servicios públicos, educación, salud, bromatología, administrativos, etc. Sobre un plan de 1.500 despidos anunciados ya se han mandado más de 600 telegramas.
Con respecto al hospital de Morón, el 30 de abril los 130 compañeros reincorporados han cobrado el sueldo básico de abril (sin premios, salario familiar, etc.), adeudándoseles todavía los sueldos de enero, febrero y marzo. Rousselot anunció, además, que los trabajadores del hospital transferidos a la provincia serán sólo 500. El ‘excedente’ se reubicará en alguna de las salitas periféricas municipales o el hospitalito de Palomar, donde hoy se están despidiendo compañeros.
Por otra parte, el conjunto de los despedidos municipales del 30 de diciembre (a los que se suma ahora esta nueva tanda) no ha cobrado sus indemnizaciones. El 3 de mayo, ante una movilización, el gobierno adelantó una parte de lo adeudado a los recolectores, intentando dividir así a un sector de los despedidos. Ya se anunció que las deudas serán pagadas en cómodas cuotas de acuerdo al monto de las mismas.
A todo esto, la dirección menemista del sindicato de municipales colabora con el gobierno elaborando la lista de despedidos y dividiendo a los compañeros.
La base de esta política de guerra de Rousselot-Duhalde se encuentra en el estado de quiebra económica de la provincia y de la comuna, que tiene una deuda de más de 80 millones de dólares. Pero la causa de la “crisis” no está en la cantidad de trabajadores municipales (en realidad, un municipio con tantas necesidades requeriría de más trabajadores). La causa de la enorme deuda municipal hay que buscarla en los enormes negociados, en las contrataciones fraudulentas, en las licitaciones millonarias y en la evasión de impuestos por parte de los grandes capitalistas del distrito. Deben abrirse las cuentas del municipio para saber claramente a dónde ha ido a parar el dinero de los contribuyentes. Los Benito Roggio y Cía. han esquilmado a Morón, ellos deben pagar la crisis.
La política de Rousselot-Duhalde puede quebrarse a condición de poner en pie un movimiento común de todos los afectados. Por la formación de un frente de lucha y resistencia integrado por los compañeros del hospital de Morón, el conjunto de los despedidos del 30 de diciembre y de ahora, los recolectores, los administrativos. Sólo el paro y la movilización de TODOS puede hacer retroceder al gobierno, por la reincorporación de todos los despedidos.