Luego de una conferencia de prensa conjunta, los sindicatos UTE (docentes), ATE (estatales), AGTSyP (subte), Sitraju CABA (judiciales), anunciaron una jornada de lucha para el lunes 30 de mayo en las puertas de la Legislatura porteña con reclamos salariales y de condiciones de trabajo.

La movida, enmarcada en la central CTA-T, no sale de un llamado justo a reabrir las paritarias en el ámbito de la Ciudad, donde también pega fuerte la inflación que carcome los salarios; una familia porteña necesitó 95.268 pesos para no ser pobre y 147.136 para ser “clase media” (sin contar costos de alquiler), pero sin mencionar el ajuste que vivimos las y los trabajadores de manos del gobierno del Frente de Todos y del FMI.

El comunicado de convocatoria es un popurrí de reclamos de cada sector y, lo peor, es que no está encuadrada en ninguna medida de fuerza para que los trabajadores puedan concurrir a dicha jornada ni la perspectiva de cómo organizar un plan de lucha para arrancar las reivindicaciones.

En docentes, por ejemplo, venimos de un parazo y concentración el 12 de mayo contra la reforma del estatuto docente, que también se explica por el malestar ante la situación salarial. Como resultado se logró que el martes se reabriera la paritaria, aunque con un ofrecimiento de parte de la patronal irrisorio, cuestión por la cual en su asamblea posterior al paro Ademys votó continuar el plan de lucha con una gran marcha educativa y un paro el martes 31. Luego apareció esta marcha claramente divisionista de la UTE, a quien llamamos, lógicamente, a unificar las medidas en el marco de un paro.

Lo que se constata en los lugares de trabajo es que hay inquietud por la situación económica y social que contrasta con la defección de las centrales sindicales, la CGT y la CTA. El hecho que deban realizar una acción parcial solo criticando a Larreta y sin medida de fuerza alguna para promover una intervención masiva de las y los trabajadores delata el nivel de integración de los sindicatos oficialistas al gobierno y, por otra parte, la tarea del activismo para organizar los reclamos en cada lugar de trabajo y la lucha para un gran paro nacional.

Con esa perspectiva, una delegación de la Coordinadora Sindical Clasista de los sindicatos convocantes a dicha jornada iremos con nuestra posición. Las centrales sindicales no tienen ningún mandato para entregarnos al ajuste del FMI, por asambleas de base en todos los lugares de trabajo, por un congreso de delegados mandatados de ocupados y desocupados, que las centrales rompan con el gobierno ajustador, por todas nuestras reivindicaciones, siguiendo el camino que dejó la gran Marcha Federal de la Unidad Piquetera que conmovió al país y de los sindicatos que ya han planteado un rumbo en ese sentido como el Sutna, la AGD-UBA en la Conaduh y de Ademys, vamos por una gran paro nacional.