Sindicales

29/2/1996|483

Movilicémonos contra el Pacto Fiat-Smata

El convenio firmado por José Rodríguez (Smata) y la Fiat es la línea maestra de un profundo ataque patronal contra el conjunto de los metalúrgicos, mecánicos y todo el movimiento obrero.


Ese convenio establece la reducción lisa y llana de los salarios respecto de los convenios existentes: un operario recibe un salario básico de 2,35 pesos la hora (450 por mes) cuando por igual tarea cobra el doble en cualquier planta automotriz.


Ahora, en nombre de la competencia, las patronales rivales de la Fiat, como Renault, Mercedes, Ford, Volkswagen o Scania, plantearán que no pueden pagar un centavo por encima de ese jornal. Lo mismo ocurrirá con las autopartistas. A partir de aquí, el resto de las patronales se pondrá en ‘carrera’ para imponer esa rebaja de los salarios.


El convenio Fiat-Smata establece que los trabajadores serán contratados como ‘aprendices’ y que pueden ser echados sin cobrar un peso de indemnización cada tres meses hasta dos años, sin jubilación ni salario familiar.


El convenio liquida el régimen de horas extras (se paga sólo un adicional del 10%), la jornada laboral (que puede llegar a las 12 horas) y toda defensa frente al ritmo de trabajo (que la patronal puede fijar a su absoluto arbitrio).


El pacto Fiat-Smata es una calamidad para el movimiento obrero, incluso si se lo compara con todo lo que las patronales ya están haciendo en fábricas y talleres, gracias a la complicidad de los sindicatos.


Esta línea general de la clase capitalista contra los trabajadores se aplica también a la administración pública. El ‘equivalente’ del convenio Fiat-Smata es el plan del Banco Mundial (anunciado en Córdoba y en ejecución en Salta), que establece un salario de  200 pesos y escalafones y premios por ‘productividad’ (es decir, el arrasamiento de convenios colectivos).


 


El pacto infame puede ser derrotado


Entre las justificaciones de la CGT para el hipotético paro del próximo 26 de marzo no hay ni siquiera la mención de la lucha contra el pacto Fiat-Smata o el Banco Mundial en las provincias. Es que la dirección patronal de la CGT es cómplice de este pacto infame.


Las direcciones del CTA y del MTA, por su lado no han dicho una palabra, aunque son alcanzados por esos planes gremios como UTA o ATE. El CTA se presenta a sí mismo como la “central alternativa (combativa) de los trabajadores”, tiene obreros industriales en su seno y su mayor base sindical —los estatales— está siendo sometida a un ataque implacable por parte de Menem-Cavallo y ‘sus’ gobernadores.


¿Qué esperan las direcciones de ATE y del CTA para pronunciarse y actuar?


¿Qué piensa hacer la dirección del MTA, ahora que las patronales del transporte se lanzan a bajar el salario, es decir, a imponer el convenio Fiat-Smata en las filas de UTA?


Si los trabajadores de las diez concentraciones obreras más importantes del país, Mercedes, Cormec, Ford, Renault, Scania, choferes, Propulsora, etcétera, se pusieran  de pie, el “pacto infame” quedaría sepultado en menos de lo que canta un gallo. Esto revela que la fuerza potencial de la clase obrera está intacta, a pesar de los retrocesos. Por lo tanto, que podemos derrotarlos.


Llamamos a una campaña nacional para denunciar y derogar el convenio Fiat-Smata. Por la jornada de 8 horas, el salario mínimo de 1.500, ningún despido —reparto de las horas de trabajo entre todos sin afectar el salario—, subsidio al desempleado de 500 pesos. A organizar una vasta campaña de denuncia y agitación para convertir la lucha contra el convenio en una reivindicación nacional. A exigir y organizar la realización de plenarios y asambleas en todos los gremios.


Pronunciarse, actuar: todos somos trabajadores de Fiat.