Sindicales

24/5/2001|707

Movilización contra De la Rúa

Bajo la consigna de “Fuera De la Rúa”, más de 300 compañeros del Movimiento Teresa Rodríguez, de la Comisión de Desocupados de Bosque Grande y del Partido Obrero se movilizaron el 17 de mayo a la base naval de Mar del Plata.


No hubo pompa ni fanfarria.


Las duras consignas entonadas por los trabajadores y desocupados impidieron al Presidente dirigir la palabra e hicieron que huya del acto organizado para conmemorar el Día de la Armada. El proceso de más de dos meses de durísimo enfrentamiento en defensa de conquistas se coronó con una movilización política de repudio a la figura presidencial.


Aprile: “dialoguista” y represor


Bajo la batuta del intendente Aprile y los grupos económicos locales se ha descargado una ofensiva particularmente violenta contra las organizaciones de desocupados locales (la reciente represión en la ruta 2, la condena a Emilio Alí, el retiro de 1.500 bolsones alimenticios, el retraso-anulación de programas de emergencia laboral, etcétera).


Esta ofensiva tiene su explicación en la necesidad del gobierno de desarticular las organizaciones de desocupados y desalentar su creciente movilización en la ciudad.


Lejos de ello, cada ataque del gobierno ha sido respondido con cortes de rutas, piquetes y numerosas movilizaciones.


En un cuadro de agudización de la crisis política del régimen, la movilización contra De la Rúa debe entenderse como un salto político de los desocupados, que no sólo se movilizan en defensa de sus conquistas, sino que se organizan y marchan para exigirle al representante de los explotadores la libertad de los compañeros detenidos y el cese de la ofensiva antiobrera.


Coordinadora: más necesaria que nunca


Al margen de nuestra movilización, un sector del movimiento “popular” ha llegado a un acuerdo de convivencia pacífica, apostando con ello a zafar de la guillotina. Este sector apuesta a gestionar los seguros de empleo y formación de la Bullrich, a cambio de domesticarse ante el poder político local, renunciando con ello a defender a los cientos de compañeros que quedarían marginados de los actuales “planes de empleo” estatales.


Toda esta ofensiva ha generado un proceso de deliberación en todas las organizaciones obreras y de desocupados y deberá tener una expresión práctica en la conformación de una Coordinadora de lucha de trabajadores ocupados y desocupados que resuelva un programa de reivindicaciones, que supere las limitaciones de la burocracia sindical de todo pelaje y que organice al conjunto de los explotados marplatenses.


Este es el desafío.


• Por un salario mínimo de 600 pesos.

• Por 300 pesos para todos los planes de empleo.

• Ninguna reducción de los planes.

• Reparto de las horas de trabajo sin reducción salarial.

• Blanqueo de todos los trabajadores en negro.