El martes 23, alrededor de 150 trabajadores de la UBA marchamos por los institutos de la zona de plaza Houssay para reclamar asamblea del gremio, aumento salarial no menor al 30 por ciento, duplicación de la paritaria local (una parte de los no docentes de la UBA cobramos un monto extra que está congelado desde 2010), eliminación del impuesto al salario, por la recuperación de las asignaciones familiares y por el 82 por ciento móvil.

Esta movilización forma parte del cumplimiento de una de las resoluciones de la asamblea de Sociales que, con la presencia de 130 compañeros, votó el 9 de abril convocarla.

En la puerta de la Obra Social (Dosuba) denunciamos la caída de prestadores y el cobro extra de coseguros. Frente al Hospital de Clínicas denunciamos su vaciamiento por parte de la camarilla que está en la dirección y en el rectorado de la UBA. Luego pasamos por las facultades de Económicas, Farmacia, Medicina y Odontología. En esta última, de la que originariamente salió el secretario general de Apuba, Jorge Anró, un grupo de matones de la interna y la Franja Morada intentó, sin éxito, impedir nuestro paso al hall para hacer una pequeña intervención sobre la cuestión salarial. Ya en el armado de la actividad, matones de la interna de Medicina rompieron los carteles que reclamaban por las paritarias. En ambos casos, estamos en presencia de grupos de atemorizados delegados que no resisten que nadie levante una voz diferente en sus institutos, porque, como dijo uno de ellos: “después la gente me viene a romper las bolas a mí”.

La movilización de los no docentes por el salario es un paso importante no sólo para esta lucha, sino para la organización de los trabajadores contra un modelo sindical patoteril, que defiende los intereses del rectorado de la UBA, los gobiernos de turno y la destrucción de la educación y la salud en favor del interés privado.