Acaba de fallecer Nicolás Troyás, trabajador de la empresa Loberaz vinculada a Brunelli, que además de empresario es dirigente de la UOM. Nicolás, junto con otro compañero, sufrieron quemaduras gravísimas por la explosión en el Alto Horno producida el 6 de mayo en la planta de Ternium Siderar de Ramallo.

La respuesta de la UOM es el paro desde las 18 hs en la planta. Eso sí, manteniendo el funcionamiento de los sectores de Coquería y de Alto Horno, que son el alma de la fábrica y de paralizarse producirían un daño en las ganancias patronales de consideración.

Nicolás forma parte de una situación sistemática de graves accidentes y récord de muertes obreras en una fábrica propiedad de uno de los capitalistas insignia del gobierno de Milei, que es Paolo Rocca.

Rocca tiene absoluta garantía de impunidad ya que maneja el Ministerio de Trabajo a través de Julio Cordero, un hombre perteneciente a su grupo empresario.

Dos meses atrás, otro accidente, que consistió en la caída desde 7 metros de otro trabajador (Luján Prado) mientras realizaba tareas de inspección, quedó “para la estadística”.

En momentos en que el gobierno de Milei ha presentado a cuenta y orden de los grandes empresarios nacionales e internacionales capítulos enteros de liquidación de las conquistas obreras en la Ley de Bases y el DNU 70, junto con enormes beneficios para las patronales, estos accidentes vienen siendo más seguidos.

Los ritmos de producción, el acoso en los lugares de trabajo que obligan a los obreros a exponerse ante el temor de ser despedidos, la codicia patronal que no cumple con los protocolos de seguridad e higiene, la complicidad de la burocracia con el gobierno y las patronales, la separación de obreros dentro de una misma planta por tener diferentes convenios y la precariedad laboral debe ser superados.

Así se nota en la cada vez más creciente intervención de los obreros en los paros y en la exigencia de medidas de lucha.