Sindicales

7/5/2022

Municipales de Córdoba: las condiciones edilicias de las escuelas

El estado de las paredes pone en riesgo a la comunidad educativa.

Imagen: Corresponsal

En la mañana de este miércoles 4, una docente de la escuela municipal Escribano Juan Antonio Paredes sufrió un golpe considerable cuando la baranda de caño situada en la vereda -que resguarda el ingreso y la salida de los niños de la escuela- cayó sobre su pie. Había sido “reparada” el día anterior por una empresa tercerizada contratada por la municipalidad de Córdoba, aunque los docentes habían advertido que los trabajadores operaban sin elementos de seguridad (guantes, calzado, anteojos o máscaras) ni la supervisión de personal capacitado.

El accidente laboral terminó de abrir un proceso de asamblea docente que contó con el respaldo gremial y de la comunidad educativa, que se organizó para exigir respuestas a las autoridades. Por medio de numerosas notas, los docentes habían advertido los problemas de infraestructura, pero estos solo fueron atendidos de manera parcial y como quedó expuesto claramente, sin garantías de solución. Resulta preocupante que haya sido un accidente –que afortunadamente no tuvo peores consecuencias- el que ameritara la presencia delos funcionarios de turno.

Escuelas pobres para niños pobres

La escuela Paredes está situada en barrio Mosconi y recibe población también de Villa Azalais y del barrio ciudad “Juan Pablo II”,  barriadas muy humildes de trabajadores y trabajadoras de la ciudad de Córdoba a la vera de la avenida de circunvalación. Es nombrada como “la escuela del quemadero”, dado que funciona en un edificio que fuera un antiguo quemadero de basura, con una tolva de importantes dimensiones que nunca fue refaccionada adecuadamente.

Para bajar la altura de los depósitos, las aulas cuentan con cielorraso de telgopor deteriorado cuyos paños suelen “volarse” por las corrientes de aire que circulan por el edificio, dejando a su paso estiércol de palomas, hollín, y en épocas de lluvia, filtraciones de agua. El panorama deprimente lo completa la falta de vidrios en algunas ventanas, calefactores que no han sido controlados y acusan pérdidas, falta de pintura en las paredes, escasa iluminación y un patio sin atractivo para los juegos de los niños.

Educarse en este contexto sólo es posible por la convicción y el compromiso de sus docentes y auxiliares, quienes sostienen en el único turno en que funciona la escuela un denodado esfuerzo por acompañar trayectorias educativas marcadas por el trabajo infantil, el retraso pedagógico y la desigualdad de oportunidades.

La situación de la escuela Paredes no dista de ser la de muchas escuelas que hoy integran el sistema educativo municipal, -hoy como ayer- atravesadas por una gestión que privilegia la tercerización de servicios en detrimento de las tareas que debieran realizar los propios empleados municipales, abonando un circuito que da lugar a negociados que multiplican los costos de cualquier refacción.

En ese marco, la pretensión de amedrentar y disciplinar a los docentes como modo de silenciar sus reclamos está a la orden del día.  Ellos son testigos del contraste entre la realidad y la ficción: las viviendas humildes que rodean la escuela están “muraleadas” de vivos colores, que no alcanzan a ocultar la precariedad en la que viven sus habitantes ni las dificultades que atraviesan sus trayectorias educativas. Con marketing publicitario se pavimentan carreras políticas hacia el 2023 pero no se resuelven problemas edilicios ni educativos.

Nos solidarizamos con la comunidad educativa de la escuela Paredes y reivindicamos el papel que jugaron las asambleas para arrancar el compromiso de refacciones, que tienen que ser el principio de un plan de obras integral para acondicionar, garantizando las medidas de seguridad en relación a luz y gas.

Equiparar puntos de partida desiguales implica inversiones mayores para quienes padecen mayores desventajas. Esa educación sólo podrá ser posible de la mano y el control de los trabajadores, como ya lo demuestran los padres y docentes de la escuela Paredes, que se han puesto al hombro la defensa de la escuela de sus hijes.