La paritaria municipal siempre viene desacoplada de la medición de los índices provinciales y nacionales. Eso colabora mucho en que perdamos de vista qué pasa con nuestro salario.

Un sumario

Nuestra paritaria venció en octubre de 2023 y acordaba la percepción de la inflación con dos meses de diferimiento, por lo cual la inflación de octubre impactaría en el bolsillo municipal en enero, en pleno receso. En enero, el intendente Daniel Passerini decidió prolongar el esquema paritario del gobernador Martin Llaryora, por lo cual percibimos con el salario de enero la inflación de noviembre y con el salario de febrero la inflación de diciembre, solo que en dos tramos.

Hagamos de cuenta que hasta ahí la recomposición dio “suma cero”, o sea, que recompusimos la inflación. Y decimos “hagamos de cuenta” porque todos sabemos que percibir una recomposición con dos meses de demora en un contexto de altísima inflación equivale a perder salario real, aunque nominalmente “empardemos” el porcentaje.

Desde la Fucsia calculamos que entre noviembre 2023-febrero 2024 perdimos un 30% de poder adquisitivo del salario. Con ello, el salario municipal quedó muy cerca de la paritaria del conjunto de los estatales, a los cuales el gobierno –en acuerdo con las burocracias sindicales- otorgó la mitad de la inflación mensual más un bono. En criollo: es similar percibir la inflación a dos meses de producida que recibir la mitad de la inflación más un bono. De bolsillo, todos perdimos un tercio de nuestro salario.

¿Cómo estamos hoy?

Mientras transcurre abril, no tenemos novedades concretas de lo que se discute a puertas cerradas sobre las paritarias municipales. En la última reunión de delegados se informó que “la comisión paritaria se reúne, pero no tenemos nada que informar a las bases por ahora”. De suyo, significa que el Ejecutivo no ofertó nada digno de ser sometido a votación. En ese contexto, nos importa considerar qué sería digno de ser considerado desde nuestro punto de vista.

Paremos la sangría del salario

En febrero la inflación fue del 13,36% y en marzo del 11%. Acumulado, da un 25,82%, o sea que sin contar lo que ya perdimos antes, en estos dos meses acumulamos una pérdida de casi el 26% de salario. Necesitaríamos recuperar ese 26% en una sola cuota y anticipar lo que se viene para dejar de perder salario. ¿Y de dónde sacaríamos el cálculo de “lo que se viene”? Del REM, es decir, del Relevamiento de Expectativas del mercado que prevé para abril una inflación de 10,8% promedio. Si el cálculo sobrepasara la inflación mensual se podría “recalcular” al mes siguiente, en lugar de financiar con nuestro salario el déficit fiscal, cosa que hemos hecho sistemáticamente los últimos 4 años.

Párrafo aparte merece la mención de la restitución del impuesto a la cuarta categoría de Ganancias. Afirmar que “el salario no es ganancia” y no actuar en consecuencia, emprendiendo una lucha decidida contra este impuesto confiscatorio, es hacer “marketing” asumiendo una pose de combatividad que se diluye en la práctica. Rechazar equivale a dar una pelea contra este gravamen en las calles, denunciando enfáticamente y con un plan de lucha efectivo su implementación. De lo contrario, lo que se recompone en paritaria por inflación se pierde por otro impuesto. Y el pato de la boda siempre es el mismo.

Todo lo expuesto hasta aquí debe considerarse en el marco del alineamiento político del intendente Passerini con el gobierno de Llaryora y de éste con Milei, con quien se apronta a firmar el Pacto de Mayo en nuestra provincia. Más que nunca es indispensable la independencia política de nuestro sindicato, jugando a favor de la defensa del salario y contra la precarización. Hacer la vista gorda y dejar pasar una paritaria a la baja es ser funcional a este ajuste. Necesitamos unificar nuestro reclamo con el conjunto de los sectores que están en lucha para frenar el desangre que quieren imponernos. Tomar como base las necesidades de les trabajadores requiere considerar una paritaria acorde a lo siguiente:

·        Recomposición del 26% en una sola cuota;

·        Indexación mensual teniendo en cuenta el REM

·        Rechazo a la tentativa de reinstalar el impuesto a las ganancias.

·        Basta de precarización laboral

·        Plan de lucha hasta derrotar la política de ajuste sobre les trabajadores.

El horizonte cercano muestra que, si no frenamos el ajuste en las calles, nuestros días como trabajadores bajo convenio están contados. Es lo que plantean los universitarios que movilizan este martes 23 en defensa de la educación pública, lo que manifiestan los choferes de Aoita, lo que reclaman los trabajadores de ATE, y lo que quedó de manifiesto en una Asamblea de Ocupados y Desocupados realizado en la plaza San Martín el pasado jueves 18. Preparemos con asambleas en nuestros lugares de trabajo un plan de lucha efectivo y marchemos en defensa de cada una de nuestras conquistas con los métodos de la clase obrera: la huelga general está a la vuelta de la esquina.

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