Sindicales

25/6/2015|1369

Neuquen: estación espacial china Lucha obrera contra despidos masivos


Entrevistamos a Aldo Espinoza, delegado general de la Comisión Interna de la empresa Esuco SA, del empresario kirchnerista Carlos Wagner, que realiza la obra en la Estación Espacial China en Bajada del Agrio, Neuquén.


 


 


 


-¿Cuál es la situación en la Estación Espacial China?


 


-La situación es incierta. Acá nunca tenés un día tranquilo. Vos llegas y no sabés si tenés trabajo o no. El primer año se terminaba la quincena y había despidos de diez, quince compañeros. Los compañeros se habían acostumbrado a que cuando terminaba la quincena te ibas afuera. A mí también me pasó, al mes ya estaba repartiendo currículum. No tenés seguridad dentro de esta empresa, y esto te lo pueden decir las entidades bancarias, que nos cortaron las líneas de crédito porque Esuco no le ofrece estabilidad al obrero.


 


Hasta los anteúltimos despidos, la empresa no notificaba en la casa a los compañeros, esperaba en la tranquera de la empresa con una lista y con la policía. Una medida completamente dictatorial. Es una medida para humillar y atemorizar. Cuando yo ingreso como delegado de la obra, le exijo que no lo vuelva a hacer… ahora las notificaciones llegan a la casa.


 


El régimen laboral es de once horas presenciales dentro de la obra, los compañeros que están más lejos, en Zapala, tardan dos horas para llegar y dos horas para volver. Fuera de su hogar están 15 horas. Todos los días del año, corra viento o haga frío. Antes se trabajaba también los domingos. Tenemos el problema de la comida, nos han dado carne podrida, comida cruda, y las viandas pesan 300 gramos. Hemos hecho notas, paros, protestas y nunca se mejoró. Tenemos mala vestimenta y mal calzado. Casi mueren dos compañeros electrocutados.


 


 


-¿Cuál es el último conflicto desatado?


 


-La obra se encuentra en un 40 por ciento. Te entra la bronca, porque queda un año completo de trabajo y la empresa decide despedir 54 trabajadores, gente capacitada. Los compañeros aprendieron a leer y ejecutar planos, a dirigir gente, explotaron toda su capacidad, se vio realmente el potencial de todos nuestros obreros de Zapala y Las Lajas. Estos despidos son arbitrarios, por eso decidimos subirnos a la ruta y movilizarnos a la Subsecretaría de Trabajo. A causa de estas medidas de fuerza conseguimos una conciliación obligatoria, que plantea que a partir del lunes 21 deberíamos estar ingresando con todos los compañeros. Sin embargo, nos hemos presentado lunes y martes, se lo hacemos saber al jefe de obra de Esuco, pero nos dice que no está permitido el ingreso de los compañeros. Están violando la conciliación obligatoria…


 


 


-¿Cuál fue el papel del PO y la diputada Suppicich en el conflicto?


 


-Al optar por las medidas de fuerza, pedimos ayuda a la Legislatura y al gobierno, y quien atendió a este llamado de socorro fue Gabriela Suppicich y el PO. Constatamos que realmente nos querían dar una mano, asesorarnos y acompañar esta lucha en defensa de nuestros compañeros. Recibimos el apoyo de Pablo, estuvo con nosotros en el corte desde la madrugada todo el día, se puso el mameluco térmico y se quedó en la ruta, se portó como un compañero. La diputada también, acompañó acá en Zapala con una movilización a la subsecretaría… También fuimos a la Legislatura, a la que conocí después de 40 años, no sabía que era tan difícil entrar… Nos asesoraron muy bien, había cosas que yo ignoraba de la lucha. Me sirve mucho como experiencia, para madurar como delegado. La única diputada que se hizo presente fue la diputada del PO.


 


-¿Cómo siguen ahora?


 


-Mañana, miércoles, nos volveremos a presentar con todos los compañeros a trabajar, para que quede claro que es la empresa quien viola la conciliación. Al mediodía iremos movilizados a la audiencia en la Subsecretaría de Trabajo, a la espera de una solución. En su defecto, tomaremos nuevas medidas. Pero esto no lo decido yo solo, todo lo resolvemos en asamblea.