El Consejo Provincial de Educación convocó a elecciones para representantes docentes a las vocalías del Consejo, Juntas de Disciplina y Clasificación. Históricamente, desde la dirección del gremio se ha avalado la presentación de una sola lista docente, para lo cual Aten convoca a elección interna. La burocracia manipula la interna, consagra a su candidato y luego ejerce un chantaje sobre el resto de los docentes: en nombre de la “disciplina gremial”, llama a votar a los candidatos de la burocracia “democráticamente electos”.

Todo esto se repitió, en esta oportunidad, en forma agravada. Es que la burocracia celeste conoce el deterioro de su crédito en la base del gremio. En especial, no se olvida que —según los resultados de las últimas elecciones— es minoría en la seccional Neuquén capital y otras.

Por eso, mantuvo el llamado a internas oculto hasta último momento. Entre la fecha tope para la presentación de listas y las internas, dejó un plazo de 48 horas, lo que cerraba a la oposición toda posibilidad de desarrollar una campaña que desnudara la complicidad del oficialismo celeste hacia el gobierno en su actuación en el Consejo.

Ante este cuadro, se abrió un debate en el seno de las agrupaciones opositoras sobre si participar o no en la elección. Por una parte, Marcha Blanca (desprendimiento de la burocracia abiertamente pro-CTA) se puso a organizar la presentación de una lista. La lista Naranja (donde participa Tribuna Docente) resolvió denunciar el fraude y abstenerse. En el seno de la Naranja, “Tribuna” planteó la necesidad de conformar luego una lista antiburocrática y contra el gobierno para las elecciones del Consejo. Aunque “Marcha Blanca” presentó lista, horas antes de la elección se retiró ante la completa ausencia de padrones, información sobre el número de urnas y otras “irregularidades”. El próximo 1º de setiembre vence el plazo para la presentación de listas a la elección general del 31 de octubre. La Naranja tiene planteada la conformación de su lista, así como convocar a los activistas de la oposición —defraudados por las vacilaciones de Marcha Blanca— a dar batalla contra el gobierno y la Celeste, sostenedores ambos de la ley de educación de Menem.