Las direcciones de los gremios estatales de Neuquén (Ate y Upcn) aceptaron la propuesta salarial realizada por el gobierno de Omar Gutiérrez. La misma consiste en un aumento del básico del orden del 12%, más una serie de sumas fijas no remunerativas, no bonificables y en cuotas. Se trata de una propuesta miserable, en primer lugar porque ni se asoma a lo perdido el año pasado ni contempla la inflación en curso. En segundo lugar, desfinancia al Instituto de Seguridad social y continua el desfasaje de jubilaciones en relación a los salarios de los activos.

El acuerdo consolida la rebaja salarial operada en 2020, ya que los mismos estuvieron congelados y solo se pagó sumas en negro, lo cual pronostica que la pérdida salarial entre el año 2020 y 2021 estará por encima del 60%. Como se verá, se tratan claramente de paritarias a la baja.

Los dirigentes de Ate y Upcn hicieron carne la orientación de toda la burocracia sindical argentina: el pacto social contra los salarios. Para esta fechoría, se dieron los mecanismos para que las asambleas de trabajadores sean maniatadas y lejos de los lugares de trabajo. Sucede que en gran parte de la provincia las asambleas fueron en la sede sindical sin que exista ninguna cobertura legal para asistir a la asamblea.

Por otra parte, los sindicatos de médicos de Neuquén (SiProsaPuNe) y de enfermeros (SEN) están siendo discriminados por el gobierno provincial, dejándolos afuera de la discusión salarial.

En aquellos lugares donde los trabajadores y trabajadoras lograron concretar asambleas el rechazo fue contundente. En el sector salud ha sido categórico. Han votado en contra trabajadores/as del Hospital Castro Rendón (el más importante de la provincia), Centenario, Zapala, El Huecu, Villa La Angostura, Plottier, Bouquet Roldan, Rincón de los Sauces, Chos Malal, centros de salud y reparticiones como Estadísticas, Planta Tronador Epas. Se tratan de grandes pronunciamientos que muestran la voluntad y disposición de lucha de trabajadores que han dado todo en la pelea contra la pandemia.

 

El papel entregador de la burocracia ha sido total. El mismo le da cobertura al gobierno para que nuevamente aisle el reclamo docente, quedando como único que aún no acepta. Aquí, la dirección de Aten, tributaria del Frente de Todos como lo es también Ate, no tiene condiciones para aceptar un 12% en virtud del fuerte rechazo operado en las asambleas.

Con el acuerdo, Gutiérrez realizó los deberes encomendado por Alberto Fernández: lograr que los recursos que den garantía a un repago de la deuda y a un acuerdo con el FMI sean los salarios de los trabajadores y los presupuesto de salud y educación.

La entregada de Ate de ninguna manera cancela la discusión salarial. Los rechazos ocurridos arrojan un mandato claro: hay que seguirla. Para ello, importa que discutamos sector por sector, lugar de trabajo e impulsemos nuevas acciones unificadas entre todos los hospitales.

Recomposición salarial de acuerdo al IPC, pago YA de lo adeudado el 2020.

Pase a planta de eventuales y precarizades.

Cumplimiento de los acuerdos por CCT en cada lugar de trabajo.

Basta de persecución a los que luchan.

Centralización del sistema de salud con control de los trabajadores.

Por un plan de vacunación universal y gratuito.

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