Sindicales

27/3/2020

Neuquén: las petroleras quieren dejar sin salarios a miles de trabajadores

Organicemos los “paros y piquetes”, aunque a Pereyra no le guste…

La brutal crisis que atraviesa la industria petrolera pretende ser descargada sobre los hombros de sus trabajadores. El titular del Sindicato petrolero, Guillermo Pereyra, se ha hecho eco de las declaraciones de las empresas, que plantean aplicar procedimientos preventivos de crisis, para poder suspender los salarios de miles de trabajadores. Es decir, tomar una medida similar a la que adoptaron en 2008, cuando suspendieron sin goce de sueldo a más de 3.000 petroleros.


Para que no queden dudas de la magnitud de la masacre social que preparan las empresas, Pereyra señaló que la actual crisis “va a ser más fuerte que la de 2008” y que “no es cuestión de hacer paros y cortes rutas”. Dejó en claro, de esta forma, que el ataque patronal se realizará con el concurso de la propia dirección sindical.


La crisis petrolera


La crisis de la industria petrolera en Vaca Muerta precede a la emergencia de la pandemia del coronavirus. Siendo que la dolarización de las tarifas, junto a la criminal flexibilización que se les impuso a los trabajadores, fue lo que viabilizó la reactivación de Vaca Muerta; el congelamiento de las tarifas en 2019, por parte del gobierno de Macri, ante el insoportable cuadro inflacionario que azotó a nuestro país, llevó al colapso el esquema de producción petrolera. Y la reacción de las empresas fue avanzar en los despidos masivos de trabajadores.


Este año, con el completo derrumbe del precio internacional del barril de petróleo como consecuencia de la  guerra comercial internacional, se agravó la crisis en Vaca Muerta. La explotación no convencional se ha tornado prácticamente inviable, por los altos costos de producción. Frente a eso, las empresas y el gobierno provincial ensayaron poner en marcha un “barril criollo” de 54 dólares. Es decir, que se les garantice a las empresas que operan en Vaca Muerta un barril al doble del precio que cotiza en el mercado internacional. Pero la "salida" duró una semana ya que, como consecuencia de la parálisis económica que generó el desembarco de la pandemia y la cuarentena, se derrumbó la demanda de combustible en nuestro país. Hoy, en Argentina, sobran diariamente más de 200 mil barriles de petróleo.    


Ahora, la nueva "salida" de las empresas consiste en que el Estado les garantice eximirlas de cargas impositivas, del pago de regalías y, por sobre todo, de que les habiliten el preventivo de crisis y el no pago de salarios a miles y miles de trabajadores. Las empresas y el sindicato ya han pactado la postergación de la paritaria, que vence el próximo 31 de marzo.



Organizar la respuesta obrera


Es claro que los trabajadores no pueden aceptar semejante atropello. Lo que está en juego no es solo el sustento de miles de trabajadores, sino también el de miles de familias. Incluso toda la actividad económica de la provincia está en riesgo, ya que esta se sostiene, en gran parte, del consumo de las familias petroleras.


Contrariando a lo que plantea la dirección del sindicato, es necesario organizar una respuesta de lucha de parte de los trabajadores. Al planteo de las patronales petroleras -de avanzar en el preventivo de crisis y en la suspensión de trabajadores sin goce de sueldo o en despidos masivos- debemos oponerle la prohibición de los despidos y las suspensiones, y el reparto de las horas de trabajo disponibles sin afectación de salario, es decir la generalización del diagrama “1 x 1” (un día de descanso por cada día de trabajo). Y la exigencia de que se abran los libros de contabilidad de las empresas, para que demuestren si realmente son incapaces de sostener los salarios y el trabajo en tiempos de “vacas flacas”, luego que se la llevaron en pala en los tiempos de “vacas gordas”. Si efectivamente las empresas se encuentran en quiebra, planteamos su estatización sin indemnización y que queden bajo el control de sus propios trabajadores. De conjunto, como nunca, queda en agenda la necesidad de avanzar en la nacionalización integral y sin pago de toda la industria petrolera.