Sindicales

23/9/1993|402

Neuquén: Masiva ocupación de la Subsecretaría de la Salud

Los trabajadores de la salud de Neuquén se encuentran llevando adelante un plan de lucha por un aumento de emergencia de 300 pesos (a cuenta de lo que se obtenga en las paritarias), el incremento del 80% en el valor del punto por el cual se liquidan las bonificaciones y en defensa del hospital público. Ante la negativa de las autoridades a recibirlos, después de una movilización hacia la sede de la Subsecretaría de Salud, la ocuparon.


La característica de la toma es su masividad y el apoyo popular que recibe. El gobierno apeló rápidamente a la justicia para que dictara el desalojo … pero ante la masividad del movimiento, el juez tuvo una conducta cautelosa. Esto ha enfurecido al gobierno —¿y la “independencia” de la justicia? — que, sin embargo, no está suficientemente cohesionado para proceder a un desalojo violento de los ocupantes de la Subsecretaría. Teme, además, que una represión violenta altere todo el cuadro electoral, en vista del apoyo popular que recibe la lucha de los trabajadores de la salud.


El ministro de salud provincial debió entonces recurrir a otras formas de represión: la suspensión y los sumarios a los dirigentes de la ocupación, la junta interna del Hospital Bouquet Roldán y la directiva de la Asociación de Profesionales. Lejos de amedrentar o dividir a los trabajadores, estas sanciones fueron un verdadero “boomerang” para el gobierno: en menos de 24 horas renunciaron a sus cargos casi todos los directores de hospitales de la provincia y los jefes de servicios y salas periféricas en solidaridad con sus compañeros sancionados.


En estas condiciones, el área de salud convocó para el viernes 17 a un paro provincial de 24 horas con concentración de todo el interior en la capital para una marcha. El paro tuvo un 100% de cumplimiento y en la capital se realizó un acto en la propia toma donde participó también la comunidad. El apoyo popular puede verificarse, simplemente, en las más de cien adhesiones de comisiones vecinales, sindicatos, partidos, agrupaciones estudiantiles, etc. que fueron leídas.


La masividad de la lucha es un metis al argumento oficial que este conflicto se origina en la interna gremial (la Junta Interna del Hospital Neuquén surgió como opositora a la Comisión Directiva de la seccional de ATE). La razón de la lucha es la política de destrucción de la salud pública impulsada por el gobierno.


El gobierno volvió a mostrar fisuras, como ocurrió durante la huelga docente del año pasado. Un sector del oficialismo, desplazado del manejo del aparato estatal y por lo tanto del manejo de los fondos suculentos de las licitaciones en curso (60.000 dólares en apenas dos meses), se ha lanzado a coquetear con el movimiento. También la UCR y el PJ cuyos candidatos son patrones de la salud privada, buscan congraciarse con los trabajadores en lucha. Todos ellos presionan por una “medición”, pero sobre ninguna base de obtención de los reclamos salariales.


Estas cuestiones presionan sobre la conducción del conflicto. Un papel especial está cumpliendo la Comisión Directiva de ATE, “sumada” a la lucha del sector salud sólo después que quedó claro que ésta se extendía a pesar del aislamiento a que la sometió al principio la directiva de ATE.


El movimiento continúa basado en asambleas masivas y ha comenzado a dar pasos para incorporar a la lucha a otros organismos estatales y otros gremios estatales, todos ellos amenazados por la ley de prescindibilidad y con reclamos salariales pendientes.


La definitiva incorporación de estos sectores y de toda la población, hace que la semana que se abre el 20 sea decisiva. El lunes las asambleas votarían un nuevo paro de 48 horas y una nueva marcha provincial para el viernes 24.


El desenlace está abierto. El gobierno no ha recibido otro apoyo que el del aparato de funcionarios (legisladores, intendentes, etc.), hay que aprovechar esta debilidad del gobierno transformando a la lucha del sector salud en una lucha de todo el pueblo.