Los obreros y obreras de la planta de agua pesada PIAP se encuentran ocupando las instalaciones administrativas de la empresa, reclamando el pago de los salarios atrasados y de la continuidad de los puestos de trabajo.

Los compañeros vienen luchando desde hace más de un año contra el intento de cerrar definitivamente la planta, que es administrada por ENSI, una empresa estatal conformada por la provincia de Neuquén y el Estado nacional. El vaciamiento comenzó el 19 de mayo del 2018, como consecuencia de la postergación de la construcción de la cuarta central nuclear, paralizando las perspectivas de la producción de la PIAP. Luego el directorio prometió que sería reconvertida en una planta de fertilizante, algo que evidentemente no ha sucedido.

Las medidas de lucha en defensa del salario y el trabajo han sido vastas.  Hace  dos meses los compañeros cortaron la ruta 22 en demanda por el pago de sueldos adeudados, gracias a lo cual lograron un cobro parcial y el  inicio de una instancia de negociación en la Secretaría de Trabajo provincial. Estas audiencias fueron levantadas unilateralmente por el gobierno en el tercer encuentro, sin ofrecer ninguna propuesta de continuidad laboral ni de reactivación. Al contrario, lanzó un plan de “retitos voluntarios” con  indemnizaciones en cuotas, valiéndose de la agobiante situación económica de las familias y la extorsión del atraso salarial (que además se paga sin actualización, a niveles de 2017) para imponer estos despidos encubiertos.

Los compañeros de la PIAP están realizando un esfuerzo enorme en defensa de su fuente laboral. Saludamos la ocupación como la mejor herramienta para preservar las fuentes de trabajo y evitar un mayor vaciamiento de la empresa. Urge la necesidad de un paro provincial y nacional de ATE en defensa de la PIAP, de sus trabajadores y por el pago inmediato de los salarios con la actualización correspondiente.