Van 55 días de acampe desde que la empresa china Cofco (ex Nidera) cerró sus puertas, dejando a casi 200 trabajadores en la calle. Desde entonces, se han realizado varias audiencias en el Ministerio de Trabajo provincial que dictó, desde el comienzo, una conciliación obligatoria con todos los trabajadores fuera de planta, aunque cobrando sueldos y premios. Vencido el plazo, la conciliación pasó a ser voluntaria hasta este último lunes, cuando la empresa decidió cerrar la negociación, confirmando el cierre definitivo de la planta refinadora de Valentín Alsina.

El duro acampe sostenido por los trabajadores de Nidera a la vera del Riachuelo, con un festival muy concurrido por las familias obreras, y las movilizaciones que realizaron a las audiencias de La Plata reflejan las fuerzas que anidan entre ellos para defender sus puestos de trabajo; sin embargo, el desgaste con audiencias sin progresos de negociación y las presiones de la empresa comunicándose individualmente con los trabajadores con ofrecimientos de indemnizaciones superiores, ha llevado a que cerca de la mitad del personal aceitero haya aceptado.

El límite presente en esta lucha es que no se ha nacionalizado no hubo hasta el momento una acción de lucha de la Federación a nivel nacional. La decisión de no ocupar la fábrica también ha marcado un límite, porque hubiera colocado a los trabajadores en otro terreno frente a la negociación, generando también un fuerte impacto político, coincidiendo con otras ocupaciones que existieron como Interpack y Sport Tech, y transformándose en referencia para el conjunto del movimiento obrero.

La china Cofco justificó el cierre señalando no tener interés en refinar aceite en Argentina, sino que sólo se llevará los granos. Han planteado también desde la empresa que las retenciones del gobierno son mayores para los productos con valor agregado. Está presente también en esta decisión de cierre de la refinadora, un plan de fondo de la empresa china que debemos encuadrar en la guerra comercial con Estados Unidos, una compra hostil que consiste en la adquisición y fusión de la firma Noble y Nidera, con un interés especial en los laboratorios de modificación genética de los granos.

Las recientes declaraciones de Daniel Yofra, al frente de la Federación, de un próximo paro nacional ha abierto una nueva mesa de negociación con la presencia del gobierno nacional. La proximidad de la cosecha deja planteada la necesidad de un plan de acción decidido de todas las fábricas aceiteras del país por la reapertura de Nidera, partiendo de un paro nacional de 24 horas con continuidad; esta medida, así como el bloqueo de los puertos suenan fuerte en la base aceitera y rememora la gran lucha dada por los aceiteros en 2015. Es fundamental la comprensión del conjunto de los trabajadores aceiteros que este cierre no puede pasar, porque se imprime como parte de un plan de Macri y las patronales para hacer pagar esta crisis que atraviesa el país sobre las espaldas de los trabajadores, con despidos masivos, rebajas salariales y ataques a los convenios y condiciones de trabajo. Preparar una lucha de toda la Federación requiere de un plenario nacional de delegados que discuta y resuelva un plan de lucha, con paros nacionales progresivos hasta arrancar la reapertura de la refinadora de Valentín Alsina, por la defensa de todos los puestos de trabajo.